Los hongos como el futuro de los chips informáticos: un avance innovador en tecnología de memristores
En el mundo de la alta tecnología, continuamente surgen ideas que pueden revolucionar la forma en que almacenamos y procesamos datos.
Investigadores de la Universidad Estatal de Ohio han realizado descubrimientos sorprendentes que abren una perspectiva inusual: hongos shiitake e incluso hongos comunes podrían convertirse en la base para crear memristores biológicos, componentes de microchips capaces de almacenar información eléctrica y simular los elementos de memoria tradicionales.
Este avance abre un camino innovador para el desarrollo tecnológico futuro, especialmente ante el rápido crecimiento de la inteligencia artificial y la necesidad de componentes más eficientes y ecológicos.Actualmente, los memristores son un tipo relativamente nuevo de elementos de memoria que ya han pasado del laboratorio a aplicaciones industriales.
Son capaces de almacenar información dependiendo de la intensidad y frecuencia de la corriente eléctrica que pasa a través de ellos, lo que reduce el consumo de energía y aumenta la velocidad de funcionamiento de los sistemas.
Lo importante también es que la tecnología ReRAM, basada en memristores, se fabrica con silicio, lo que la hace potencialmente accesible para una utilización masiva.La novedad más reciente consiste en experimentos con el micelio de hongos que actúa como un memristor biológico.
Los científicos lograron activar el tejido vivo de los hongos para que retenga y procese señales eléctricas, demostrando que las células vivas pueden realizar funciones similares a las actuales memorias electrónicas.
Las pruebas revelaron que los memristores a base de hongos pueden cambiar de estado con alta velocidad y precisión, y que cuando aumenta la frecuencia de las señales eléctricas, su funcionalidad se recupera — similar al funcionamiento del cerebro humano.Estos avances no solo abren nuevas perspectivas en la biotecnología, sino que también podrían transformar radicalmente la infraestructura de la inteligencia artificial.
Dado que las limitaciones energéticas actuales dificultan la operación de sistemas de IA a gran escala, la bioelectrónica basada en hongos puede convertirse en una solución sostenible y eficaz para el futuro.
Aunque estos estudios están en una etapa inicial, es evidente que esta línea de investigación tiene un enorme potencial de revolucionar la tecnología.
