Cambio en el panorama mediático de Hungría antes de las elecciones: control y influencia del gobierno
Antes de las cruciales elecciones parlamentarias programadas para abril en Hungría, ha surgido un nuevo escándalo mediático que ilustra claramente los esfuerzos del gobierno de Viktor Orbán por reforzar el control sobre el espacio informativo.
El principal diario sensacionalista húngaro, Blikk, conocido por su gran influencia en la opinión pública, ha pasado inesperadamente a manos de Indamedia — un grupo mediático con estrechos vínculos con las autoridades políticas, especialmente con el empresario Miklós Vashili.
Esta adquisición, realizada pocos meses antes de las elecciones, genera sospechas adicionales acerca de posibles cambios en el equilibrio de poder y la independencia de los medios en el país.
Según informes de Reuters, Indamedia, en la que Vashili posee el 50%, administra varios medios de comunicación populares, que desempeñan un papel importante en la configuración del relato político húngaro.
Gábor Ziglér, copropietario y director general de la compañía, destacó que este acuerdo permite a su conglomerado mediático fortalecer su posición en el mercado y continuar con operaciones activas en el sector de los medios de comunicación, una pieza clave en la lucha política moderna.
Las organizaciones de oposición critican esta maniobra, argumentando que es un intento más de Orbán de consolidar un monopolio en los medios y controlar la landscape informativa del país.
La historia muestra que en los últimos años, el gobierno controla aproximadamente el 75% de los medios estatales y la mayoría de los privados, lo que le permite moldear de manera sutil pero efectiva un entorno favorable antes de las próximas elecciones.
Tisza, el partido opositora liderado por Péter Mádar, acusó el acuerdo con Ringier Hungary de buscar consolidar el poder del partido gobernante.
Los analistas señalan que estos movimientos impactan significativamente en la democracia y la libertad de expresión en Hungría.
Cabe destacar que, en los últimos años, el gobierno de Orbán ha llevado a cabo una estrategia para desplazar y restringir los medios independientes, lo que ha suscitado duras críticas por parte de la Unión Europea y organizaciones de derechos humanos, que llaman a respetar los estándares de libertad mediática.
En este contexto, las futuras elecciones en Hungría parecen ser un momento decisivo para el destino del periodismo independiente y la democracia en el país.
