• En
  • Es
  • De
  • Fr
  • It
  • Ук

Cómo la política fiscal de Ucrania en 2026 obstaculizará la recuperación económica del país

Chas Pravdy - 16 octubre 2025 08:51

El presupuesto de Ucrania para 2026 marca un capítulo importante en su historia fiscal y económica, reflejando profundas contradicciones y desafíos internos.

En medio de conflictos militares prolongados, el gobierno intenta equilibrar la necesidad de financiar la defensa y la seguridad con capacidades económicas limitadas.

El proyecto de presupuesto, presentado por el Gabinete a la Rada Suprema el 15 de septiembre de 2025, ilustra claramente esta lucha.

Los gastos proyectados alcanzan cifras récord, 4,75 billones de hryvnias, con más de la mitad destinados específicamente a defensa y seguridad, que representan un 27,2% del PIB previsto.

Se estima que los ingresos serán de 2,89 billones de hryvnias, pero el déficit presupuestario llegará a unos impresionantes 1,9 billones, o sea, el 18,4% del PIB, una cifra excepcionalmente alta que complicará aún más el crecimiento económico.

Se proyecta que el PIB nominal de Ucrania en 2026 será de 220,3 mil millones de dólares, y el PIB per cápita alcanzará aproximadamente 5.634 dólares, según la evaluación de Fitch.

En estas condiciones, la economía crecerá a un ritmo lento, apenas un 2,4%, el más bajo en los últimos tres años de guerra, influenciado por factores tanto nacionales como internacionales.

Un problema crucial es el aumento de la deuda pública, que se estima alcanzará aproximadamente el 107% del PIB para finales de 2026, lo que representa un incremento cercano a 17 puntos porcentuales en solo dos años.

Esto es resultado de préstamos continuos y costes asociados al servicio de la deuda, que superarán el billón de hryvnias, poniendo en riesgo la estabilidad financiera y limitando las posibilidades de inversión estratégica.

El gobierno afirma que no planea aumentar impuestos en 2026, pero un análisis detallado del presupuesto revela lo contrario.

Los ingresos fiscales provenientes de las personas físicas y las contribuciones militares aumentarán casi un 20%, indicando esfuerzos para mantener una apariencia de estabilidad, mientras que en realidad se intensifica la presión fiscal mediante aumentos de tasas y recaudaciones.

Se introducirán nuevos impuestos especiales a las bebidas azucaradas, y las tasas sobre el tabaco, gasolina y otros productos aumentarán para incrementar los ingresos, pero también generarán presiones inflacionarias.

Los precios del combustible, ya elevados por los impuestos y las rentas anticipadas, tienden a aumentar aún más, afectando los precios en todos los sectores y la calidad de vida de los ciudadanos.

Además, el proyecto de presupuesto contempla nuevas cargas fiscales para plataformas digitales como Booking, OLX, Bolt, que pagarán impuestos por sus usuarios en Ucrania, complicando la situación fiscal de los consumidores.

Igualmente, el gobierno planea recaudar 60 mil millones de hryvnias por la reducción de la economía sumergida, una meta ambiciosa que genera dudas sobre su factibilidad dada la capacidad actual de control.

La implementación efectiva requiere reformas integrales: digitalización de controles aduaneros, modernización del Servicio de Impuestos y reformas en la Seguridad Nacional, aunque en el presupuesto no se destina suficiente financiamiento para estos programas.

La política monetaria sigue estrechamente vinculada; el Banco Nacional continúa prefiriendo colocar bonos gubernamentales en lugar de ampliar el crédito a la economía real, y los bancos prefieren depósitos en el banco central a préstamos a empresas.

Este círculo vicioso ralentiza la recuperación económica, con solo aproximadamente el 40% de los fondos depositados dirigidos a créditos productivos.

La significativa transferencia de beneficios récord del Banco Central por 146 mil millones de hryvnias en 2025 influirá también en el presupuesto, mientras que la posible ayuda internacional, incluídos fondos de activos congelados rusos y nuevos créditos, ofrecen cierta esperanza, aunque el principal reto sigue siendo implementar reformas radicales en las políticas monetaria y fiscal para promover un crecimiento sostenido y estable.

Fuente