• En
  • Es
  • De
  • Fr
  • It
  • Ук

La crisis migratoria en el Reino Unido: protestas, cambios políticos y la identidad nacional

Chas Pravdy - 17 septiembre 2025 13:42

El 13 de septiembre, Londres fue escenario de una multitudinaria manifestación titulada «Unamos el Reino Unido», que reunió a miles de británicos y simbolizó el creciente malestar social respecto a los temas socio-políticos más acuciantes.

Esta concentración masiva no solo fue una protesta contra la inmigración descontrolada, sino también un reflejo de los sentimientos profundos que llevan tiempo latentes en la sociedad post-Brexit del país.

Los participantes expresaron su rechazo a las políticas gubernamentales en materia de inmigración, alojamiento, y gestión de la integración, además de apoyar la preservación de la cultura y las tradiciones nacionales.

Entre los organizadores destacó Tommy Robinson, un activista de extrema derecha, lo cual generó críticas y acusaciones de conexiones con discursos fascistas y posibles influencias exteriores, en particular desde círculos rusos.

Sin embargo, es importante reconocer que la manifestación contó con una diversidad de asistentes con diversas motivaciones, no todos radicales.

La escala del evento señala un aumento significativo en la insatisfacción de la ciudadanía, lo cual puede ser indicio de importantes cambios políticos en el futuro cercano en el Reino Unido.

Esta protesta fue un auténtico terremoto político y tiene implicaciones también para Ucrania.

La descontento con la política migratoria se había intensificado desde hace meses, con protestas y concentraciones en varias ciudades relacionados con la llegada de solicitantes de asilo, muchas veces en hoteles financiados por el Estado.

La situación se agravó tras incidentes de violencia sexual perpetrados presuntamente por migrantes, incluidos casos que movilizaron la opinión pública, como el juicio a un solicitante etíope condenado por agresión a menores y mujeres.

La preocupación creció, reflejada en movilizaciones y en movimientos patrióticos como la exhibición de banderas británicas en Birmingham, que buscaban reforzar la identidad nacional frente a los cambios culturales.

A pesar de las críticas desde la izquierda, los partidos conservadores y movimientos como Reform UK apoyaron estas acciones, mientras el primer ministro Kira Starmer afirmó que el Reino Unido no «arrojara la bandera a los extremistas que la usan para promover la violencia y el miedo».

La Unión Europea también expresó su rechazo a los planes migratorios del gobierno británico, en particular al esquema «uno entra, uno sale».

Desde enero de 2024 y hasta septiembre de 2025, más de 30.000 migrantes ilegales llegaron en pequeñas embarcaciones — un aumento en comparación con los 22.000 del mismo período del año anterior — representando en total más de 50.000 desde que el gobierno laborista tomó el poder.

Las encuestas reflejan que la migración se ha convertido en la principal preocupación de los británicos, desplazando a la economía y salud, con un 48% que la considera esencial y un aumento de ocho puntos respecto a julio.

El 42% opina que la gestión actual de la inmigración es peor que la de la administración conservadora anterior, mientras que un 68% percibe un aumento en las llegadas en pequeñas embarcaciones y un 62% en las solicitudes de asilo.

La polémica también se centra en la designación de Shabana Mahmood, de ascendencia paquistaní, como ministra del Interior, propensa a adoptar medidas duras contra los inmigrantes.

La libertad de expresión también es un tema candente, con reportes de un aumento en arrestos por discursos ofensivos en línea, lo cual ha generado inquietud sobre la libertad civil.

La cuestión de qué hacer con las grandes comunidades migrantes aún no integradas, que a menudo conforman comunidades paralelas, también provoca intensos debates políticos.

Todo esto indica que el panorama político puede cambiar muy pronto: algunos sondeos apuntan a una victoria del partido de derecha Reform UK, que ya expresó apoyo informal a las protestas.

Para Ucrania, esto significa que debe estar atenta a estos desarrollos, ya que la llegada de fuerzas conservadoras al poder en el Reino Unido podría influir en las relaciones bilaterales y en las políticas de seguridad en la región.

La experiencia internacional enseña que los problemas relacionados con la migración y la multiculturalidad no pueden ser silenciados por mucho tiempo: son temas que exigen discusión abierta y soluciones eficaces, antes de que sean aprovechados por grupos radicales o agentes externos para desestabilizar.

La población británica valora profundamente su identidad cultural y teme que, en las próximas décadas, una migración masiva pueda diluir su herencia y dejar a la población indígena en minoría.

Reconocer y atender estas preocupaciones es indispensable para un futuro estable y sostenible del país.

Fuente