Oleksandr Tsvinskyi: Nuevo director de BEEB y los desafíos en la lucha contra la corrupción en Ucrania
El largo camino hacia la dirección de la Oficina de Seguridad Económica (BEEB) fue recorrido por Oleksandr Tsvinskyi, una persona con amplia experiencia en el sistema de justicia y en agencias anticorrupción.
Sus primeros días en el cargo se han caracterizado por una resistencia activa tanto de amenazas internas como externas que buscan socavar la institución.
En una entrevista, señala que en los esquemas de corrupción y en las estructuras de respaldo que buscan mantener antiguos mecanismos de influencia, ya se percibe resistencia, pero él está decidido a seguir adelante.Tsvinskyi enfatiza que el principal objetivo es crear una estructura potente e independiente, capaz de luchar eficazmente contra los delitos económicos.
Sin embargo, destaca los desafíos que plantea la insuficiente financiación presupuestaria, que dificulta el desarrollo de sistemas informáticos modernos y la contratación de personal altamente calificado.
Hace un llamado al gobierno a cumplir con la ley y a destinar los fondos necesarios; de lo contrario, las expectativas de convertir la BEEB en una institución eficaz quedarán como ilusiones.La estrategia se basa en cuatro principios: operaciones activas en regiones, colaboración con las empresas para detectar y cambiar condiciones desleales en el mercado, uso de análisis preventivo y medidas específicas basadas en datos objetivos.
Subraya que la eficacia no solo se mide por la cantidad de delitos descubiertos o multas impuestas, sino por cambios sistémicos en la legislación y el aumento de los ingresos fiscales.En cuanto a política de personal, Tsvinskyi promete una selección honesta mediante concursos transparentes y la incorporación de profesionales imparciales.
También advierte sobre intentos cínicos de desprestigio, pero asegura que no le afectan.
La independencia y el cumplimiento de la ley son sus prioridades, con una clara demarcación de roles y responsabilidades.Respecto a los conflictos políticos y policiales, asegura que la BEEB debe seguir siendo una institución autónoma, capaz de actuar conforme a la ley sin influencias políticas o empresariales.
Considera que la construcción de un sistema efectivo para luchar contra la corrupción solo será posible con financiamiento estable, procedimientos transparentes y apoyo de socios internacionales.En el contexto más amplio, señala que la reorganización de la BEEB implica no solo limpia personnel y reformas institucionales, sino también el desarrollo de una nueva filosofía operativa basada en análisis, prevención y acciones sistémicas.
Solo con suficientes fondos y voluntad política, el equipo actual y futuro podrá transformar a la BEEB en una herramienta real de cambio en el país.
