Klymenko enfatiza: en Ucrania solo quedan tres instituciones verdaderamente independientes: NABU, SAP y VAKS
Actualmente, en Ucrania existen únicamente tres instituciones que pueden considerarse realmente libres de influencia política y presiones del poder.
Estas son la Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania (NABU), la Fiscalía Especializada Anticorrupción (SAP) y el Tribunal Superior Anticorrupción (VAKS).
Desde la aprobación de la ley nº 13533, que pretendía restablecer las funciones de estas entidades, la independencia real de las mismas sigue siendo vulnerable.
Los líderes de estas instituciones, como el jefe de SAP, Oleksandr Kryvonos, y el director de NABU, Saienko, han señalado en varias ocasiones que la presión política es constante, y que sus esfuerzos están dirigidos a salvar la integridad y autonomía de estos órganos.
Kryvonos destacó que, en la situación actual, solo estas tres instituciones operan con plena independencia, mientras que las presiones externas son una reacción a sus investigaciones y descubrimientos de casos de corrupción.
Además, resaltó que toda injerencia en sus acciones, sin la autorización correspondiente, debería estar prohibida por ley, y que la independencia de estos organismos debe ser garantizada.
Lamentablemente, los cambios legislativos actuales, en particular los debates sobre la ley nº 12414, han socavado los avances en la reforma del sistema anticorrupción en Ucrania, provocando una pérdida de confianza tanto en la sociedad como en la comunidad internacional.
La movilización popular y la presión diplomática lograron que las instituciones recuperaran sus funciones, aunque aún existen incertidumbres sobre el rumbo futuro.
En este artículo, Inna Vedernikova analiza estas cuestiones clave y las posibles consecuencias, además de explorar cómo puede evolucionar esta situación si las reformas no se aprueban y aplican de manera efectiva, respetando la soberanía y los estándares democráticos.
