Ciudadanos ucranianos deportados de Rusia a Georgia inician huelga de hambre en la frontera, generando una crisis humanitaria
Desde mediados de junio, la situación de los ciudadanos ucranianos deportados desde Rusia hacia Georgia ha escalado notablemente, despertando profunda preocupación entre diplomáticos ucranianos y organizaciones defensores de derechos humanos.
Las deportaciones masivas han provocado una crisis humanitaria en el puesto de control de Dariali, donde algunos ucranianos han declarado protestas y huelgas de hambre en respuesta a la situación.
Según el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania, los diplomáticos trabajan activamente para resolver esta problemática y facilitar el regreso de sus compatriotas.
Desde finales de junio, han logrado organizar la salida de 44 ciudadanos ucranianos desde la zona de amortiguamiento, pero la tensión persiste debido a las continuas deportaciones y a los esfuerzos deliberados de Rusia por crear una crisis en la frontera entre Georgia y Rusia.
Actualmente, hay 96 ucranianos en la zona de buffer, la mayoría con antecedentes penales y que fueron condenados o trasladados forzosamente desde territorios ocupados por Rusia en Ucrania.
Estas personas enfrentan condiciones extremadamente precarias, sin acceso suficiente a atención médica ni recursos básicos.
Los representantes ucranianos subrayan su disposición para repatriar a sus ciudadanos por vías diplomáticas, pero Rusia continúa ignorando estas solicitudes.
El 5 de agosto, la embajada de Ucrania en Georgia recibió llamadas de cinco ciudadanos que iniciaron una huelga de hambre indefinida, exigiendo permiso para cruzar la frontera.
Activistas, personal consular y organizaciones internacionales trabajan sin descanso para resolver esta crisis, exigiendo acceso humanitario inmediato y una libre entrada a Georgia.
Además, los diplomáticos ucranianos coordinan con el gobierno georgiano, la Cruz Roja, ACNUR y la Organización Internacional para las Migraciones para garantizar la protección de los detenidos y deportados, así como para facilitar su regreso a Ucrania.
La mayoría de los deportados tienen antecedentes penales, lo que complica su retorno debido a obstáculos legales y administrativos, además de cuestiones pendientes sobre su estatus.
El Ministerio de Exteriores de Ucrania reitera su compromiso constante para resolver esta problemática y hace un llamado a las organizaciones internacionales a actuar con urgencia, pues los retrasos en el retorno de los ciudadanos incrementan la crisis humanitaria y ponen en peligro sus vidas y su bienestar.
