El presidente libanés insta a desarmar a Hizbolá en medio de presiones diplomáticas crecientes
En un contexto de alta tensión política y de seguridad en el Líbano, los principales actores del país vuelven a debatir sobre el control de las armas y el papel de los grupos armados.
El presidente Joseph Aoun hizo un llamamiento oficial el 31 de julio, pidiendo a Hizbolá y otras fuerzas políticas que transfieran sus armas a las fuerzas armadas nacionales.
La medida tiene como objetivo no solo responder a las demandas de la comunidad internacional en cuanto al desarme del movimiento chií, sino también estabilizar una nación que sigue enfrentando desafíos tanto internos como externos.
En su discurso transmitido desde el Ministerio de Defensa, Aoun subrayó que todas las élites políticas deben aprovechar esta oportunidad para reforzar el monopolio del Estado en el uso de la fuerza.
"Solo las fuerzas armadas y los organismos de seguridad deben poseer armas; nadie más", afirmó.
Por su parte, Hizbolá, que sufrió severas pérdidas durante el conflicto con Israel del año pasado, considera que las llamadas a su desarme son inaceptables, acusando a dichas demandas de estar dirigidas a servir intereses israelíes.
El líder de la organización, Sheikh Naim Kassem, rechazó las presiones estadounidenses y afirmó que las peticiones de entregar armas en realidad buscan transferirlas a Israel, asegurando que su grupo no se rendirá.
La presión de Estados Unidos sobre Beirut se intensifica, ya que Washington busca una decisión oficial del gobierno libanés que obligue a desarmar a Hizbolá, allanando así el camino para negociar una reducción de la tensión y poner fin a la actual escalada.
Fuentes le informaron a Reuters que la propuesta que se presentará en la próxima reunión del gabinete incluye un cese de los bombardeos israelíes en el sur del Líbano, la retirada de tropas de esas áreas, la transferencia de armas a las fuerzas armadas libanesas y mayor apoyo internacional, incluyendo una conferencia planificada para finales de este año para impulsar esfuerzos de reconstrucción y estabilización.
Hizbolá ha manifestado previamente su disposición a dialogar sobre su armamento con el presidente libanés, pero solo si Israel retira sus tropas del sur del país y cesan los ataques.
La comunidad internacional sigue muy atenta a estos movimientos, ya que cualquier avance podría determinar la estabilidad futura del país y de toda la región.
La tensión entre las fuerzas internas y las potencias externas continúa en un escenario complejo y delicado, donde cada decisión puede tener consecuencias profundísimas en el devenir del Levante.
