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Sanciones de EE. UU. y negociaciones con China: cómo Washington intenta detener la compra de petróleo ruso y la interferencia global de Pekín

Chas Pravdy - 30 julio 2025 08:19

En julio de 2023, Estados Unidos intensificó su presión sobre China en relación con sus lazos energéticos y económicos con Rusia.
El Secretario del Tesoro de EE.
UU., Scott Bessent, contactó personalmente a funcionarios chinos para advertirles que la continuación en la compra de petróleo ruso sancionado podría resultar en la imposición de aranceles elevadísimos, de hasta el 100%, de acuerdo con la legislación del Congreso.
A pesar de ello, las autoridades de Pekín aseguraron que sus políticas de adquisición de energía se basarán en las necesidades internas y en su soberanía, y continuarán con su postura sin importar las amenazas estadounidenses.
Por otro lado, Washington manifiesta su preocupación por las políticas comerciales chinas, que incluyen la importación continua de petróleo iraní y la venta de bienes de doble uso a Rusia por más de 15 mil millones de dólares.
Según Bessent, estas acciones motivan a los aliados de EE.
UU.
a implementar sanciones similares para reducir los flujos económicos hacia Rusia, especialmente en el sector energético.
Recientemente, el expresidente Trump insinuó que Moscú debería acelerar los esfuerzos para alcanzar un acuerdo de paz en Ucrania, advirtiendo que las empresas petroleras rusas podrían enfrentarse a sanciones secundarias de hasta el 100%.
Esto refleja la intención de EE.
UU.
de incrementar la presión sobre Rusia y su sector energético.
La respuesta de China subraya que sus compras de energía están motivadas únicamente por necesidades internas y el respeto a su soberanía.
China sigue siendo el mayor comprador de petróleo ruso, seguido por India y Turquía.
Las autoridades estadounidenses advierten que el apoyo a Rusia mediante el suministro de equipos, materiales y servicios portuarios contradice sus declaraciones de neutralidad y perjudica las relaciones internacionales de Pekín, especialmente con Europa.
Paralelamente, la asociación estratégica entre Rusia y China continúa fortaleciéndose a medida que coordinan esfuerzos para contrarrestar la influencia occidental, creando una nueva dinámica en la política internacional.
Los expertos consideran que Pekín actúa como un jugador que busca equilibrar sus intereses, tratando de mantener su posición sin entrar en conflictos directos, lo que lo convierte en un actor clave y en un apoyo encubierto de la agresión rusa contra Ucrania.

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