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El Senado de EE. UU. aprueba a exabogado de Trump como juez de apelaciones en medio de controversias y quejas

Chas Pravdy - 30 julio 2025 09:44

En un acontecimiento de gran relevancia, el Senado de Estados Unidos ha dado luz verde al nombramiento del exabogado del expresidente Donald Trump, Emil Bove, como juez en la corte de apelaciones federal.
Esta decisión puso fin a un largo período de debates acalorados y disputas sobre su candidatura, marcada por varias quejas y acusaciones.
El martes 29 de julio, la cámara legislativa votó casi por unanimidad — 50 votos a favor y 49 en contra — en favor de su confirmación.
La elección fue principalmente partidista, con la mayoría de los republicanos apoyando la propuesta, mientras que algunos senadores republicanos, como Liz Meriwether y Susan Collins, votaron en contra.
La bancada demócrata se mostró mayormente en desacuerdo, evidenciando la fuerte polarización que permea el proceso de nombramientos judiciales en el país.
Emil Bove se convirtió en uno de los candidatos más polémicos elegidos por Trump, debido a su lealtad manifiesta al expresidente y a su cercanía política, lo que generó dudas sobre su independencia judicial.
Los opositores argumentan que su historial profesional y la forma en que se presentó su candidatura no garantizan imparcialidad, y sugieren que podría estar sirviendo intereses políticos en lugar de los principios del derecho.
A pesar de las críticas, la aprobación le confiere una plaza vitalicia en el Tribunal de Apelaciones del Tercer Circuito de EE.
UU.
El proceso de ratificación fue acelerado en comparación con procedimientos habituales, lo cual fue motivo de crítica por parte de la oposición, ya que alegan que no hubo suficiente tiempo para un análisis exhaustivo.
Numerosos exfiscales firmaron una carta en la que instaban al Senado a rechazar su candidatura, calificándola como la peor opción posible.
Bove jugó un papel clave en las reformas administrativas de la administración Trump, además de participar en estrategias relacionadas con la inmigración y los procesos contra ciertos políticos.
Varias denuncias por parte de informantes revelaron que en una reunión de marzo expresó la posibilidad de que subordinados debieran ignorar fallos judiciales que obstaculizaran las deportaciones masivas impulsadas por Trump.
Estas acusaciones han suscitado un intenso debate entre legisladores y expertos legales.
La situación refleja el aumento en la tensión política en EE.
UU., poniendo en duda la independencia del sistema judicial y señalando la creciente influencia de la política en la administración de justicia.
Analistas advierten que estas decisiones pueden tener efectos duraderos en la democracia estadounidense, ampliando las fracturas ya existentes y complicando el funcionamiento de las instituciones en plena polarización política.

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