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El juego complejo de Rusia y sus aliados en el ámbito energético: ¿calma o provocación? Filtraciones de petróleo, sabotajes y estrategias geopolíticas en el centro de atención

Chas Pravdy - 30 julio 2025 09:37

En el panorama geopolítico y energético actual, Rusia continúa utilizando activamente sus herramientas de influencia para mantener el control sobre rutas estratégicas y debilitar a posibles competidores.
Los últimos acontecimientos en el terminal petrolero turco y en los puertos de Novorossiysk reflejan una creciente tensión en el sector del petróleo a nivel global.
Recientemente, se detectó petróleo contaminado con altos niveles de compuestos clorados dañinos, lo que representa riesgos para su procesamiento y transporte posteriores.
Este hallazgo genera sospechas de intentos de desestabilización dirigidos a controlar las entregas de Azerbaiyán y Kazajistán. Simultáneamente, en los puertos rusos se han implementado regulaciones más estrictas para el ingreso de buques extranjeros, requiriendo que todos obtengan permiso del capitán del puerto aprobado por la FSB.
Esto complica significativamente la logística y ejerce presión adicional sobre los flujos mundiales de petróleo.
Esta medida parece ser una respuesta estratégica de Moscú frente a los sabotajes contra tanqueros rusos ocurridos este año, que afectaron la seguridad y las decisiones políticas.
Además, el Kremlin está manejando un juego multifacético con Kazajistán y Azerbaiyán, ejerciendo presión diplomática para reducir su dependencia de las rutas rusas y acelerar vías alternativas de suministro. El reforzamiento de las capacidades exportadoras de Kazajistán, incluso a través de proyectos como el oleoducto transcaspiano, y el aumento de los volúmenes de tránsito vía Azerbaiyán, incrementan los riesgos externos para Moscú.
Paralelamente, Rusia ha intensificado operaciones clandestinas en la región del Caspio, explorando escenarios de sabotajes en puertos e infraestructuras petroleras.
Las inspecciones militares del marzo pasado evidencian preparativos para eventuales conflictos regionales. En resumen, Moscú emplea efectos políticos y económicos suprimidos para mantener su influencia y evitar pérdidas en el sector petrolero.
Occidente, particularmente EE.
UU.
y la UE, responde imponiendo sanciones y medidas para limitar las acciones rusas y proteger la seguridad energética en Ucrania y Asia Central.

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