Reconfiguración del panorama económico global: China fortalece su posición y se prepara para nuevas negociaciones comerciales con EE. UU.
El mundo está siendo testigo de un aumento en la tensión comercial entre las dos economías más grandes del planeta: China y Estados Unidos.
Tras largos periodos de hostilidad y postura firme por parte de ambas naciones, ahora parecen estar listos para volver a sentarse en la mesa de negociaciones.
La próxima ronda de encuentros, prevista en Estocolmo a finales de julio, podría marcar un punto clave en la evolución de las relaciones comerciales entre estas superpotencias.
Según CNN, China refuerza su postura y se prepara para obtener nuevas concesiones por parte de Washington.
Un aspecto importante de su estrategia es la iniciativa de crear una organización global centrada en la cooperación en inteligencia artificial, lo cual aumenta su influencia estratégica en el escenario mundial.
Pekín también demuestra su poder a través del control de minerales estratégicos necesarios para la fabricación de productos de alta tecnología, y está promoviendo la eliminación de restricciones comerciales, incluyendo las relacionadas con la exportación de importantes chips de IA fabricados por Nvidia.
En los últimos meses, la economía china ha exhibido un crecimiento superior a las expectativas, resaltando su resistencia frente a la guerra comercial en curso.
Paralelamente, Pekín reafirma su postura dura en la cumbre con la Unión Europea y pretende mantener las consultas con otros socios comerciales para negociar condiciones ventajosas.
Desde el Departamento del Tesoro estadounidense se mencionó la posible extensión de un alto el fuego comercial de 90 días, iniciado en Ginebra en mayo, que evitó un riesgo de interrupción total del comercio entre las dos mayores economías mundiales.
Los expertos pronostican que estas nuevas negociaciones podrían modificar el escenario, revelando la duración de ese llamado “alto el fuego”, así como si las dos naciones lograrán resolver asuntos complejos como las restricciones en la exportación de tecnología y la venta de empresas tecnológicas.
Las discusiones también abordarán temas como la compra por parte de China de petróleo sancionado de Rusia e Irán, lo que podría generar una nueva escalada de tensiones.
Se prestará atención especial a la posible discusión sobre medidas administrativas contra TikTok, que sigue bajo escrutinio internacional.
Pekín insiste en continuar las consultas económicas y comerciales, guiadas por principios de respeto mutuo y cooperación.
La cuestión de los aranceles sigue siendo un tema central; China busca principalmente eliminar los aranceles del 20% relacionados con el fentanilo y aliviar las restricciones sobre la exportación de tecnologías estratégicas.
Los analistas señalan que China pretende aprovechar su influencia a través de diferentes “cartas”, incluyendo la dependencia de EE.
UU.
de elementos de tierras raras, el control de cadenas de suministro tecnológicos y potenciales movimientos políticos con plataformas como TikTok.
En materia energética, EE.
UU.
planea imponer aranceles secundarios del 100% a los países que compran petróleo ruso — entre ellos, posiblemente, China e India.
China rechaza estas amenazas como infundadas y afirma que seguirá defendiendo sus intereses estratégicos, manteniendo las importaciones energéticas de Rusia e Irán pese a las posibles sanciones.
Sin embargo, los analistas advierten que, aunque estos conflictos diplomáticos no eliminan las contradicciones profundas de la economía mundial, sí contribuyen a forjar un nuevo orden mundial y a definir posibles escenarios en su evolución futura.
