El Ministro de Exteriores de Polonia Insiste en Reiniciar el Apoyo Militar a Ucrania Tras los Recientes Ataques Rusos
En un momento crítico en el que las ciudades ucranianas estaban bajo la amenaza constante de misiles y drones rusos, el ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, Radosław Sikorski, tomó la iniciativa y realizó una serie de gestos diplomáticos importantes. En una llamada telefónica con el enviado especial del gobierno de Estados Unidos, Kit Kelleogg, Sikorski expresó de manera clara y enérgica la exigencia de restablecer el suministro de armas y municiones a Ucrania, resaltando la importancia fundamental de esa asistencia para fortalecer la defensa de la nación ucraniana. Esta conversación fue una respuesta directa a la decisión repentina de Estados Unidos de suspender parcialmente sus entregas de armamento a Kyiv en un momento en que el país enfrentaba una serie de ataques. La noche del 4 de julio, las tropas rusas lanzaron un ataque que dañó la sección consular de la embajada polaca en Kyiv, incrementando la tensión entre ambos países. Según informan medios como The Telegraph, el general retirado Kelleogg escuchó en las palabras de Sikorski una alarma sobre el impacto de los ataques en la misión diplomática polaca, lo cual podría señalar una escalada en el conflicto. Más aún, esa llamada fue el primer paso en una serie de eventos que posteriormente influyeron de manera significativa en la postura del expresidente Donald Trump respecto a Ucrania. Solo minutos después de la llamada, Kelleogg se comunicó con Trump, quien respondió rápidamente en medio de las celebraciones del Día de la Independencia. Durante esa conversación, se analizaron con detalle los últimos ataques rusos y la situación en Ucrania. El general Kelleogg también informó a Trump que la misión diplomática de Polonia, aliada de la OTAN, había sido objetivo de ataques y que era necesario volver a suministrar sistemas Patriot para reforzar las defensas aéreas ucranianas. La noche en cuestión, Ucrania sufrió un ataque masivo con 11 misiles y más de 500 drones, momento en el que las acciones diplomáticas y militares de Estados Unidos se intensificaron en busca de frenar la escalada. Estos hechos ocurrieron justo unas horas después de una conversación telefónica entre Vladimir Putin y Donald Trump, en la que el presidente ruso expresó su desacuerdo con la propuesta estadounidense de cese al fuego y rechazó suspender los ataques a las ciudades ucranianas. La percepción en Washington era de una creciente frustración respecto a la posición de Rusia, generando un ambiente de máxima tensión en las relaciones internacionales.
