Tensiones y maniobras estratégicas: cómo responden EE. UU. y Rusia a la nueva situación geopolítica
En las últimas semanas, los líderes mundiales han vuelto a estar en el centro de atención debido a una nueva fase en la rivalidad geopolítica entre Estados Unidos y Rusia.
El presidente estadounidense, Donald Trump, realizó un anuncio impactante que rápidamente generó reacciones encontradas tanto en Washington como en Moscú.
Por un lado, sus declaraciones sobre la posible implementación de tarifas y un aumento de la presión sobre países que apoyan a Rusia, incluidos China e India, marcaron un nuevo capítulo en las estrategias diplomáticas.
Por otro lado, Politico destaca que, de manera bastante inusual, Trump durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca delegó principalmente en el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, la tarea de resumir la nueva política estadounidense, permitiéndole actualizar a la comunidad internacional, mientras el presidente solo intervenía ocasionalmente.
A pesar de ello, Kiev y las capitales occidentales vieron con alivio que Trump no abandona el apoyo a Ucrania y que su tono hacia Putin empieza a suavizarse, tal como señala Jamie Dettmer, editor de opinión en Politico Europe.
Por su parte, Moscú respondió con una calma que interpretan como una señal de que los anuncios de Trump no representan una amenaza inminente, y el mercado ruso reaccionó con una subida del 2.7% tras la noticia.
Los analistas rusos, como Tatyana Stanova y Yuri Fedorov, consideran que el principal temor de Moscú radica en la posible imposición de nuevas sanciones secundarias, movimientos en el Congreso de EE.
UU.
y la entrega de misiles de largo alcance a Ucrania.
Estas acciones serían percibidas como una autorización para intensificar ataques aéreos, especialmente porque Trump, según los expertos, no busca un conflicto abierto con Rusia.
Jamie Dettmer afirma que, en realidad, Rusia aprovecha la situación para seguir sembrando caos y prolongar la guerra.
La gran incógnita es si Trump adoptará una postura más dura en los próximos meses o si Putin aceptará un alto el fuego que conduzca a una solución pacífica.
Fiona Hill, exasesora de Trump en política exterior, advierte que la actitud del presidente hacia Putin está influenciada por un respeto personal, sospechando que Putin busca debilitar Ucrania en lugar de buscar una resolución del conflicto.
Los expertos subrayan que para Moscú, continuar la guerra sigue siendo una estrategia necesaria, ya que una finalización abrupta podría provocar una competencia interna por los recursos limitados.
En definitiva, la situación permanece tensa e imprevisible, lo que requiere que Ucrania y sus aliados mantengan una vigilancia constante para responder adecuadamente a los cambios en el escenario geopolítico.
