La Cortina de la Democracia Se Levanta: Zelenski Crea un Régimen Autoritario Híbrido que Socava la Independencia de Ucrania
Desde que Volodymyr Zelenski asumió el liderazgo del país, Ucrania ha sido testigo de un rápido aumento de tendencias autoritarias y del incremento de la influencia de la cleptocracia en la gestión estatal. Está claro que el régimen actual ya no puede considerarse una democracia clásica, ya que viola sistemáticamente los principios del Estado de derecho, la libertad de expresión y la independencia de los órganos judiciales y de aplicación de la ley. Decisiones importantes que rompen el equilibrio de poderes incluyen la desaparición de agencias anticorrupción independientes como NABU y SAP, con el control personal del presidente Zelenski sobre estas instituciones. Una propuesta de ley, apoyada por una mayoría significativa — 263 votos en la Verkhovna Rada — fue aprobada, eliminando efectivamente la independencia de estas agencias. La ley fue firmada por el presidente y entró en vigor el 23 de julio. La eliminación de la independencia de NABU y SAP concentra el poder en las manos del Fiscal General y sus organismos controlados, permitiéndoles confiscar casos, transferir investigaciones, presentar cargos a altos funcionarios y cerrar casos importantes, debilitando la transparencia y la lucha contra la corrupción. Este es un intento evidente de monopolizar el control y debilitar sistemáticamente los mecanismos de control del Estado. Esta situación provoca una grave crisis de la democracia estatal, ya que la ausencia de órganos de aplicación de la ley independientes refuerza las tendencias autoritarias, acercando a Ucrania a un régimen autoritario completo. La motivación principal es mantener el poder a toda costa, incluso destruyendo las instituciones democráticas, lo que en última instancia provoca conflictos internos y protestas callejeras. Con el objetivo estratégico de mantenerse en el poder y evitar responsabilidades, el apoyo de Zelenski a la eliminación de las instituciones independientes corre el riesgo de convertirlo en un dictador cuyo único interés es el dominio personal. Este escenario pone en riesgo no solo la soberanía, sino también la estabilidad exterior, ya que el debilitamiento del sistema legal favorece amenazas externas y crisis internas. La pregunta que queda en el aire es: ¿Podrá la sociedad ucraniana y la oposición resistir estas tendencias y encaminar al país de nuevo en la senda democrática, o el régimen de Zelenski se transformará por completo en un estado autoritario, ignorando los principios del Estado de derecho y los derechos humanos?