El Tribunal Europeo de Derechos Humanos desestima demanda de exdiputados británicos sobre la investigación de la interferencia rusa en el Brexit
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha puesto fin oficialmente a un proceso legal iniciado por antiguos parlamentarios del Reino Unido que solicitaban que el gobierno británico realizara una exhaustiva investigación sobre la posible interferencia de Rusia en el referéndum del Brexit y en los procesos electorales relacionados.
Según la resolución, los países disponen de un amplio margen de maniobra para determinar los métodos más efectivos para prevenir la interferencia extranjera en procesos democráticos como elecciones y referendos.
Los jueces en Estrasburgo señalaron que, aunque las primeras respuestas del gobierno británico frente a las acusaciones de injerencia rusa en 2016 fueron insuficientes, posteriormente se adoptaron medidas legislativas y se llevaron a cabo investigaciones, como el informe del comité parlamentario de 2020, además de nuevas leyes dirigidas a combatir la interferencia extranjera.
La sentencia subraya que estos esfuerzos son importantes y ayudan a abordar las cuestiones planteadas en la demanda.
No obstante, también destacó que, si bien la desinformación y las amenazas externas son graves, determinar con precisión el impacto de las acciones rusas u otros intentos de injerencia en los resultados electorales resulta difícil debido a la complejidad del fenómeno.
Los exdiputados británicos que presentaron esta demanda alegaron que el gobierno y los servicios de inteligencia británicos no evaluaron adecuadamente las acciones de Rusia, lo cual violaría el artículo 3 del Protocolo 1 de la Convención Europea de Derechos Humanos, que garantiza el derecho a elecciones libres y justas.
La controversia aumentó después de que en 2020 se publicara un informe que señalaba posible injerencia rusa, y quienes lideraban la denuncia afirmaron que las autoridades del Reino Unido no respondieron de manera adecuada a estas amenazas.
En aquel entonces, el primer ministro Boris Johnson negó cualquier influencia rusa en el voto del Brexit, afirmando que las medidas británicas cumplían con todos los estándares legales y de transparencia.
