Batallas ocultas y ataques en la sombra: análisis de los retos emergentes para NABU y SAP
En las semanas previas a las búsquedas realizadas en la Oficina Nacional Anticorrupción (NABU) y la Fiscalía Especializada en Lucha contra la Corrupción (SAP), funcionarios de Ucrania y altos cargos comenzaron a percibir una creciente tensión tanto interna como externa, que podría desencadenar una operación anticorrupción de mayor escala.
Fuentes señalaron que desde el 10 de julio circuló la advertencia de que, si la población manifestaba insatisfacción con los resultados del proceso de selección del nuevo director del Buró de Seguridad Económica (BSE), se lanzaría un nuevo ataque contra NABU y SAP.
Esto fue interpretado como una señal de preparación para futuras acciones represivas.
Tras la designación del nuevo fiscal general, Ruslan Kravchenko, quien empezó a revisar rápidamente los casos relacionados con estas instituciones, se intensificó una campaña mediática destinada a desacreditarlas.
Para el 17 de julio, en respuesta a las declaraciones políticas y a la opinión pública, la nueva primera ministra, Yulia Sviridenko, insinuó que la designación del líder del BSE podría ser pospuesta, y apenas cuatro días después, el 21 de julio, en diferentes regiones del país, se llevaron a cabo registros que interrumpieron las actividades de los órganos anticorrupción.
Analistas sugieren que el principal objetivo de estos movimientos es desprestigiar las instituciones y crear una ilusión de crisis masiva que paralice su trabajo.
Además, muchas de las acusaciones presentadas por las agencias de seguridad parecen ser sesgadas o incluso fabricadas para aumentar la presión social y disminuir la independencia de las instituciones anticorrupción en Ucrania.
