Rusia enfrenta una crisis demográfica: la disminución de su población se acelera y podría alcanzar niveles críticos para finales de siglo
Los datos recientes muestran desafíos demográficos graves que enfrenta Rusia, con implicaciones profundas para su futuro en términos de estabilidad y economía.
Las estimaciones actuales, considerando los territorios anexados en 2014 y 2022, indican que la población rusa ronda los 143 millones de habitantes.
Antes de la anexión de Crimea en 2014, la población dentro de las fronteras reconocidas internacionalmente era de aproximadamente 143,7 millones.
El demógrafo Aleksei Raksha señala que todavía no hay cifras precisas para 2025, pero las proyecciones actuales sugieren alrededor de 140 millones.
Incluyendo las regiones incorporadas, la cifra total alcanza cerca de 149 millones.
Los expertos predicen que hacia 2100 la población puede reducirse significativamente, alcanzando cifras entre 70 y 120 millones, lo que equivaldría a una reducción en la mitad de la población actual.
La baja tasa de natalidad, que ahora está en 1.4, junto con una inmigración prácticamente nula, hace que solo una migración masiva tanto interna como internacional pudiera cambiar esta tendencia.
Actualmente, la población disminuye en aproximadamente medio millón de personas cada año, una tendencia confirmada por otros estudios.
Según un escenario pesimista de la ONU, para 2100 la población rusa podría ser de unos 125-130 millones, mientras que las predicciones más negativas del Instituto de Demografía de la ESA sugieren que el número podría reducirse a solo 67,4 millones.
Esta tendencia se ve agravada por las oleadas de migrantes, refugiados y movilizaciones forzadas, con las mujeres constituyendo al menos el 60% de los habitantes en las regiones ocupadas de Donetsk y Luhansk, según informes de inteligencia y periodistas militares.