La Casa Blanca refuerza las restricciones a los periodistas para proteger la información confidencial
El viernes, la Casa Blanca anunció oficialmente nuevas políticas que limitan el acceso de los periodistas acreditados a áreas clave dentro de sus oficinas en el Ala Oeste, incluyendo la oficina del secretario de prensa y otras zonas de comunicación.
Esta iniciativa, que entró en vigor de inmediato, tiene como objetivo fortalecer las medidas de seguridad y proteger la información sensible transmitida por altos cargos gubernamentales.
Según las nuevas regulaciones, los periodistas ahora deben coordinar previamente sus visitas con la dirección de la Casa Blanca y obtener aprobaciones especiales antes de ingresar a la Sala 140, conocida como el ‘Prensa superior’.
Esta decisión ha provocado fuertes reacciones por parte de las asociaciones periodísticas, que temen que ello limite la libertad de prensa y reduzca la transparencia de la administración.
Las autoridades afirman que estas medidas son necesarias para proteger los materiales internos y evitar grabaciones o divulgaciones no autorizadas de negociaciones o documentos confidenciales.
Los representantes del servicio de prensa señalaron que estos cambios garantizarán una mejor coordinación entre funcionarios y periodistas y ayudarán a prevenir filtraciones que puedan amenazar la seguridad nacional.
Sin embargo, grupos democráticos y organizaciones periodísticas critican estos límites, argumentando que restringen el acceso a la información y socavan los principios fundamentales de una prensa libre, recordando políticas similares de administraciones pasadas, como la de Bill Clinton.
Los expertos señalan que las nuevas reglas se parecen a algunas de las prácticas más estrictas de las últimas décadas y podrían disminuir la transparencia gubernamental, especialmente en tiempos de desafíos políticos y crisis.
En este contexto, varias organizaciones de medios, incluyendo Reuters, expresaron públicamente su desacuerdo con esta decisión, resaltando que pone en peligro la libertad de prensa y la capacidad de informar de manera independiente.
Además, el Pentágono ha reforzado los procedimientos que requieren a los periodistas aceptar oficialmente las nuevas reglas de acceso, con la amenaza de perder sus credenciales si solicitan información confidencial o secreta a los funcionarios del departamento.
En conjunto, estos cambios representan una nueva etapa de restricciones en la comunicación gubernamental, que podría tener efectos duraderos sobre la independencia y transparencia de la administración pública.
