El apoyo masivo de empresas alemanas a la guerra en Rusia: brechas secretas en las sanciones y sus consecuencias
A pesar de la guerra en curso entre Rusia y Ucrania y las sanciones internacionales dirigidas, cada vez hay más evidencias de que muchas empresas alemanas continúan operando en Rusia, violando formalmente las restricciones y apoyando de facto la economía bélica del Kremlin.
Según Euronews, al menos 248 de estas compañías aprovechan diversas lagunas y matices legales para evadir las sanciones.
Esto significa que, aunque legalmente su actividad pueda parecer permitida, su contribución a la maquinaria de guerra rusa es innegable, dado que pagan miles de millones en impuestos al presupuesto ruso.
Investigaciones de la Escuela de Economía de Kyiv y la iniciativa Squeezing Putin revelan que en 2024, las empresas extranjeras que permanecen en Rusia pagaron en impuestos más de 20 mil millones de dólares, y desde el inicio de la invasión, la suma total supera los 60 mil millones, casi la mitad del presupuesto militar ruso para 2025.
Destacan empresas alemanas como Hochland y Knauf.
Hochland, fabricante de queso con tres fábricas en Rusia, se niega a vender su negocio pese a las pérdidas, alegando responsabilidad con sus empleados y un compromiso de apoyar a Ucrania mediante la producción y la reconstrucción.
Por su parte, Knauf, involucrada en la reconstrucción de Mariupol, niega vínculos con el ejército ruso y busca salir del mercado, aunque aún no concretan la venta.
La facturación anual de las empresas alemanas en Rusia se estima en unos 21.700 millones de dólares, y el 55% de las empresas que operaban antes de la invasión permanecen en el país.
Los expertos advierten que su actividad no solo llena las arcas rusas, sino que también fortalece sus cadenas industriales y capacidades militares y tecnológicas.
Se llama a las empresas internacionales a abandonar completamente Rusia, ya que su presencia financia directamente la guerra mediante la compra de armas y drones.
Aunque las sanciones de la UE, instauradas en 2014 y reforzadas tras la invasión, tienen un efecto limitado debido a la participación de empresas extranjeras, estas siguen generando miles de millones en ganancias.
Además, en EE.
UU.
se discuten posibles restricciones a los activos de la petrolera rusa Rosneft en Alemania, lo que podría alterar el equilibrio en las sanciones actuales.
