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Trump impone sanciones a Rusia: movimientos políticos y repercusiones internacionales

Chas Pravdy - 29 octubre 2025 17:17

Tras meses de indecisión y múltiples compromisos, Donald Trump finalmente dio un paso decisivo al implementar las primeras sanciones importantes contra Rusia desde el inicio de su segundo mandato.

El Departamento del Tesoro de EE.

UU.

incluyó en su lista negra a las principales empresas petroleras rusas — “Rosneft” y “Lukoil” — que concentran la mayor parte de la extracción y exportación de petróleo en Rusia.

El objetivo de estas sanciones es ejercer una fuerte presión económica mediante el congelamiento de activos y la prohibición de que empresas y particulares estadounidenses mantengan negocios con estas compañías.

Dado que el sector energético aporta cerca del 25% de los ingresos del presupuesto ruso, estas medidas tienen la potencialidad de golpear duramente la economía bélica de Putin.

No obstante, la efectividad de las sanciones dependerá en gran medida de qué tan firmemente y de manera coordinada sean aplicadas por EE.

UU., algo que aún está por verse.

Es importante señalar que administraciones anteriores evitaron sancionar a “Rosneft” y “Lukoil” por temor a incrementar los precios de la gasolina y afectar la inflación.

La postura actual de Trump indica un cambio significativo hacia una mayor presión.

Países como Japón, por ejemplo, decidieron no suspender sus importaciones de energía rusa, revelando las complejidades políticas internacionales.

La cuestión clave es si otros actores, en particular bancos chinos, indios y turcos, podrán limitar sus intercambios con las empresas sancionadas y reducir las importaciones de petróleo ruso.

China, en particular, intenta equilibrar su apoyo a Moscú con sus intereses económicos, desafiando la hegemonía estadounidense.

La política exterior de Trump, marcada por decisiones impulsivas y emociones, dificulta predecir sus próximos pasos.

En tono más crítico, su discurso respecto a Rusia ha cambiado, aunque esto parece derivarse más de la frustración y molesta indignación por la actitud desafiante de Putin que de una estrategia planificada.

La estrategia de Trump para lograr la paz en Ucrania parece centrarse en presionar a Putin mediante sanciones duras y el aumento del costo de continuar la guerra, con la esperanza de obtener el reconocimiento internacional y la figura de mediador.

Sin embargo, no se descarta una escalada mayor, incluyendo sanciones secundarias, congelamiento de activos y la provisión de armas sofisticadas a Ucrania.

La posibilidad de que EE.

UU.

utilice misiles de largo alcance contra objetivos en Rusia también continúa siendo un tema de especulación y controversia.

Es importante entender cómo Putin continúa negociando con Trump, a menudo ofreciéndole nuevos proyectos económicos o propuestas diplomáticas para influir en su decisión.

En definitiva, la política estadounidense respecto a Rusia mantiene una gran incertidumbre y puede experimentar cambios inesperados, dada la naturaleza impredecible del estilo de toma de decisiones de Trump.

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