EE. UU. intensifican la presión económica sobre Rusia ante su campaña militar
Las últimas semanas han sido testigos de un cambio importante en la política de Estados Unidos hacia Rusia en medio de sus continuas operaciones militares en Ucrania.
Según el Financial Times, Washington respondió con rapidez a las persistentes y crecientes acciones bélicas del Kremlin mediante la imposición de nuevas sanciones destinadas a socavar los sectores financiero y energético de Rusia.
En particular, EE.
UU.
impuso restricciones a las principales compañías petroleras rusas — “Rosneft” y “Lukoil” — junto con nuevas sanciones energéticas de la Unión Europea, lo que representa un golpe potente para el complejo militar-industrial de Moscú.
Los expertos señalan que estas medidas podrían reducir los ingresos de un sector que genera aproximadamente un tercio del presupuesto ruso.
Sin embargo, la eficacia de estas acciones depende en gran medida de las respuestas de China e India, así como de la capacidad de Estados Unidos para contrarrestar los intentos de Rusia de evadir sanciones mediante empresas fachada, buques falsos y aseguradoras.
En respuesta, el Kremlin se centra en encontrar formas de mitigar la presión económica, aunque ya se sienten efectos en la economía rusa, incluyendo una desaceleración del crecimiento, aumento de la inflación y deterioro de la situación fiscal.
La Unión Europea también ha reforzado las restricciones energéticas, prohibiendo la importación de gas natural licuado ruso a partir de 2027 y adoptando sanciones adicionales contra buques y empresas vinculadas a la industria energética rusa.
Sin embargo, los esfuerzos multilaterales y las contramedidas de Rusia podrán definir el impacto real de estas medidas en el largo plazo.
Los análisis indican que, aunque las sanciones no pueden derribar a Rusia de inmediato, sí dificultan significativamente su economía mediante un crecimiento más lento, inflación y dificultades fiscales.
Los expertos advierten que una guerra prolongada y la presión económica obligan a Putin a considerar los costos crecientes para Rusia, especialmente si Europa y EE.
UU.
mantienen sus acciones restrictivas y la capacidad de Rusia para evadir sanciones mediante esquemas complejos sigue disminuyendo.