Lituania cierra nuevamente el aeropuerto de Vilna por globos misteriosos procedentes de Bielorrusia
En la madrugada del domingo 26 de octubre, Lituania volvió a cerrar temporalmente su principal aeropuerto internacional en Vilna debido a la detección de globos misteriosos que se aproximaban desde Bielorrusia.
Este no es el primer incidente de este tipo registrado en lo que va del año; desde principios de año, se han detectado casi 500 casos similares en el espacio aéreo lituano.
Las autoridades informan que estos globos aerostáticos, que con frecuencia son utilizados por contrabandistas para transportar cigarrillos y otros productos ilegales, provinieron de Bielorrusia.
El ministro del Interior, Vladislav Kondratovich, subrayó que la situación está bajo vigilancia constante y que las investigaciones siguen en curso.
Como resultado, también se cerraron los puestos fronterizos con Bielorrusia.
La administración lituana señala que estos incidentes son consecuencia de la inacción del régimen bielorruso, particularmente del dictador Alexander Lukashenko, quien no actúa para frenar la actividad del contrabando.
Esto ha llevado al gobierno a considerar medidas adicionales para reforzar la seguridad.
En agosto, se implementó una zona sin vuelos de 90 kilómetros a lo largo de la frontera con Bielorrusia, en respuesta a la actividad de drones provenientes del país aliado de Rusia.
Además, recientes incursiones en el espacio aéreo, como los UAV sobre aeropuertos en otros países de la Unión Europea, incrementan la preocupación.
Expertos indican que la actividad de estos globos, sobre todo en lo que va del año, ha crecido notablemente, con cerca de 500 incidentes registrados en Lituania.
El incidente más reciente ocurrió poco antes de redactar este informe, cuando se detectaron globos con carga de contrabando de cigarrillos cerca del aeropuerto de Vilna.
Casos similares también se han reportado en Letonia y Polonia, lo que evidencia la magnitud del problema.
La incapacidad del régimen bielorruso para evitar estas incursiones obliga a Lituania a imponer restricciones de vuelo, especialmente cuando estos objetos se acercan al aeropuerto de Vilna, el segundo en volumen de pasajeros en los países bálticos tras Riga.
La situación requiere una respuesta urgente por parte del gobierno para detener las violaciones del espacio aéreo y garantizar la seguridad nacional.