Las bacterias antiguas abren nuevas posibilidades para la detoxificación del agua mediante toxinas
Las investigaciones recientes en microbiología están abriendo caminos prometedores para aprovechar algunas de las formas de vida más primitivas en la purificación de las fuentes de agua de nuestro planeta.
Un equipo de científicos de la Universidad de Viena ha descubierto que las bacterias del tipo Desulfurivibrio alkaliphilus tienen una capacidad extraordinaria para descomponer sulfidos dañinos que se acumulan en pantanos y fondos marinos sin oxígeno.
Estos microorganismos, que probablemente provienen de las primeras formas de vida en la Tierra, emplean un metabolismo basado en reacciones de hierro y azufre que existían antes de la aparición del oxígeno en la atmósfera terrestre.
Este avance amplía significativamente las posibilidades de utilizar bacterias en procesos de limpieza natural del agua.
Las bacterias extraen electrones de los sulfidos tóxicos y los transfieren a compuestos de hierro, formando materiales sólidos y menos tóxicos como siderita y magnetita, ayudando así a descontaminar el ambiente.
Sin embargo, estos microorganismos no son un filtro universal, ya que su ciclo natural requiere una gestión cuidadosa y el desarrollo de algoritmos para mantener sus poblaciones estables.
Aunque la investigación aún se encuentra en fases de laboratorio, en el futuro podrían desarrollarse tecnologías para su implementación a gran escala en proyectos ecológicos internacionales.
El estudio de estas bacterias ofrece nuevas esperanzas para reducir la contaminación del agua, disminuir los niveles de toxinas y restaurar los ecosistemas acuáticos en todo el mundo, promoviendo un planeta más limpio y saludable.
