Reunión potencial entre Rubio y Lavrov en Budapest genera preocupaciones internacionales
La esperada visita del ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, y su homólogo ucraniano, Dmytro Kuleba, a Budapest a principios de noviembre ha sido objeto de intensos debates entre analistas políticos y círculos diplomáticos.
Según fuentes diplomáticas, existe la posibilidad de que los líderes de Rusia y Ucrania se reúnan en la capital húngara el 30 de octubre.
Al mismo tiempo, han aumentado los informes sobre la posible participación en esta reunión de los presidentes de Estados Unidos y Rusia, Donald Trump y Vladimir Putin, y sus contactos con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán.
Las declaraciones de Trump sobre un posible encuentro con Putin que incluiría la presencia del primer ministro húngaro han generado inquietud en las capitales europeas.
Se temen que estos acuerdos puedan aumentar la tensión en la región y poner en riesgo los esfuerzos diplomáticos para resolver el conflicto en Ucrania.
La reunión en Budapest, que parece estar fuera de los protocolos diplomáticos habituales, es especialmente preocupante dado que Hungría mantiene estrechas relaciones con Rusia y apoya las políticas del Kremlin, aunque forma parte de la Unión Europea y la OTAN.
Esto ha recibido críticas tanto de Kyiv como de aliados europeos.
Además, los planes de Hungría de retirarse del Tribunal Penal Internacional aumentan las preocupaciones, ya que formalmente la nación debe cumplir con sus decisiones hasta el próximo verano.
Los expertos advierten que cualquier avance diplomático que debilite las sanciones o disminuya el apoyo a Ucrania podría tener consecuencias graves para la seguridad y estabilidad regional.