La nueva carrera armamentística: China amplía rápidamente sus instalaciones de misiles en medio de tensiones mundiales
Análisis recientes de imágenes satelitales, mapas y reportes gubernamentales revelan que China está expandiendo activamente su infraestructura militar, especialmente en la producción de misiles.
Desde 2020, el país ha llevado a cabo una expansión a gran escala de sitios relacionados con la fabricación de misiles, fortaleciendo la capacidad de la Guardia Popular de Liberación (GPL) y aumentando su potencial para equilibrar las fuerzas de Estados Unidos y sus rivales regionales.
Más del 60% de las 136 instalaciones controladas incluyendo fábricas, centros de investigación y laboratorios de pruebas, muestran signos evidentes de expansión, sumando más de dos millones de metros cuadrados de nueva construcción.
Se han construido nuevas torres, búnkeres y terraplenes, señalando un movimiento claro hacia una nueva era en la competencia armamentística global.
Los expertos advierten que estos desarrollos indican que China se posiciona como una superpotencia mundial, iniciando una carrera armamentística que puede alterar el equilibrio regional y mundial de seguridad.
Estas estructuras militares serán componentes clave en la estrategia de China para posibles conflictos con Taiwán, al pretender crear un potencial ofensivo significativo.
Desde 2012, bajo el liderazgo de Xi Jinping, China ha invertido miles de millones en modernización militar y en la expansión de su arsenal, creando fuerzas especiales de misiles capaces de portar armas nucleares y balísticas, considerados el núcleo de la disuasión estratégica del país.
El crecimiento del arsenal militar chino ocurre mientras Washington intenta gestionar problemas en las cadenas de suministro y aumenta sus gastos en defensa.
La infraestructura de producción y el incremento en el despliegue de misiles indican que China continúa acelerando su avance hacia armas cada vez más avanzadas, en preparación para posibles confrontaciones futuras y la disuasión de posibles amenazas, especialmente en relación con Taiwán.
La acumulación militar de Pekín, en medio del foco global en Ucrania y Oriente Medio, genera temores de una nueva Guerra Fría y de una crisis de seguridad mundial.
