Fuerte terremoto sacude Afganistán: víctimas, destrucción y esperanza para la recuperación
El lunes pasado, 3 de noviembre, Afganistán fue azotado por un terremoto devastador de magnitud 6.3 en la escala de Richter.
Este fue uno de los sismos más fuertes registrados en la región y sus repercusiones han causado una destrucción generalizada y un gran sufrimiento humano.
Las autoridades locales y agencias internacionales informan que al menos 20 personas han muerto y más de 300 resultaron heridas, muchas de ellas con heridas leves que permitieron su rápida recuperación tras recibir atención médica inicial.
El epicentro del sismo se ubicó cerca de la ciudad de Khulm, a una profundidad de 28 kilómetros, lo que incrementó la magnitud de los daños.
Las provincias de Balkh y Samangan fueron las más afectadas, y los equipos de rescate comenzaron ya las actividades de ayuda y recuperación, incluyendo el traslado de los heridos y la asistencia a las familias afectadas.
Los informes oficiales también señalan daños considerables en sitios históricos y culturales, destacando la pérdida parcial de la conocida Mezquita Azul en Mazar-e-Sharif, cuyos muros quedaron dañados tras el colapso de algunos ladrillos.
En las redes sociales circulan videos que muestran las extensas destrucciones y la magnitud de los daños.
Estas tragedias se suman a una serie de terremotos que han azotado Afganistán durante años, dejando destrucción en zonas alejadas y montañosas.
Además, un sismo de magnitud 6.0, ocurrido en agosto cerca de la frontera con Pakistán, ocasionó la muerte de más de 2,200 personas y dejó a muchas familias sin hogar.
La situación se ve agravada por las restricciones del gobierno talibán a personal femenino de socorro, lo que dificulta el acceso a ayuda médica para las mujeres.
Las carreteras principales, incluyendo la autopista que une Kabul con Mazar-e-Sharif, fueron parcialmente bloqueadas por deslizamientos de tierra, pero posteriormente fueron reabiertas.
Estos eventos reflejan la constante amenaza de la naturaleza en la región y la necesidad crítica de apoyo internacional para las labores de rescate, asistencia médica y reconstrucción.
