La perspectiva de Trump sobre la política mundial: un enfoque basado en la fuerza para resolver conflictos
El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha expresado nuevamente su visión sobre la seguridad internacional y la política exterior, proponiendo una interpretación personal de la doctrina de ‘paz mediante la fuerza’.
Según sus palabras, la gestión de los conflictos globales debe implicar medidas más estrictas, incluyendo amenazas, bombardeos y demostraciones de poder militar.
Aunque será la historia la que determine la efectividad de esta estrategia, las comparaciones con las acciones de Reagan muestran que estos métodos siempre generan controversia y debate público.
El reconocido historiador y experto en relaciones internacionales, Andrew Bush, recuerda que incluso los líderes más exitosos enfrentan escepticismo en sus momentos de ascenso: en 1983, muchos dudaban de la capacidad de Reagan para promover la paz, pero hacia el final de su mandato, fue considerado uno de los más influyentes en la seguridad global.
Siguiendo el ejemplo de Reagan, Trump anunció un incremento de aranceles a Canadá y sugirió preparar pruebas nucleares, lo cual generó inquietud en diferentes partes del mundo.
Sin embargo, la reacción internacional fue relativamente controlada, dado que las políticas de Trump muchas veces cambian y sus declaraciones públicas han sido contradictorias.
Los funcionarios estadounidenses reconocen que estas fluctuaciones pueden parecer contradictorias, pero creen que en realidad fortalecen la influencia de EE.
UU., haciendo que sus adversarios y aliados sean más cautelosos.
La estabilidad política, basada en una política coherente y predecible, sigue siendo un factor clave para mantener la confianza internacional y los acuerdos que dependen de obligaciones claras.
Además, se ha señalado que Trump cometió un error al afirmar en redes sociales que Reagan aplicaba aranceles por motivos de seguridad nacional y crecimiento económico.
En realidad, Reagan apoyaba el libre comercio y buscaba reducir las barreras comerciales, aunque en 1987 hizo excepciones específicas para importaciones japonesas de semiconductores por razones económicas.
