Hipoteca para los Sin Hogar: Riesgos Ocultos y el Verdadero Costo del Programa «e-Oselya» para Personas Desplazadas Internamente
                                                En Ucrania, se ha lanzado una nueva etapa del programa de hipotecas asequibles llamado «e-Oselya», con el objetivo de ayudar a las poblaciones más vulnerables, incluyendo a las personas desplazadas internamente (PDI) y a los residentes de zonas cercanas al frente.
En el marco de esta iniciativa, el gobierno cubre el 70% del pago inicial, así como el 70% de las cuotas mensuales durante un año y proporciona hasta 40 mil hryvnias para la gestión de documentos.
A primera vista, parece un apoyo genuino para quienes han perdido sus hogares por el conflicto y necesitan ayuda para encontrar una vivienda.
Sin embargo, un análisis más profundo revela una serie de riesgos ocultos y trampas que pueden convertir esta supuesta ayuda en una situación aún más difícil para los afectados.El mecanismo implementado, que aparenta ser una acción humanitaria, en realidad funciona como un crédito: se ofrece a las personas comprar una vivienda con dinero prestado, incluso si solo necesitan un refugio provisional y no una deuda que los pueda sobrecargar en el futuro.
Muchos de los desplazados no tienen ingresos estables, habiendo perdido no solo sus viviendas, sino también sus empleos y documentos.
Para ellos, lo esencial sería obtener un refugio temporal, no un préstamo adicional.
Aunque el gobierno cubre parcialmente los costos, el resto de la deuda representa una carga que puede ser insostenible a largo plazo.Otro riesgo importante es que la mayoría de los créditos en el marco del programa no se otorgan para viviendas terminadas, sino para construcciones en proceso.
Esto significa que la persona desplazada se convierte en inversor, tomando un préstamo para un inmueble que aún no está terminado.
Esta situación es extremadamente arriesgada: la construcción puede detenerse por motivos económicos o políticos, dejando al prestatario sin vivienda y con una deuda.
Los constructores y bancos que participan en estos esquemas a menudo carecen de garantías reales, y la protección legal de los derechos del comprador es débil, haciendo que muchos puedan perder tanto el dinero como la esperanza de una vivienda.Además, el programa «e-Oselya» parece más favorecer a las empresas constructoras y los bancos que a las propias personas desplazadas.
Los fondos públicos se utilizan para fortalecer las finanzas de las constructoras en proyectos inciertos o especulativos, en lugar de resolver la urgente necesidad de vivienda para desplazados.
Esto hace que dependan aún más de instituciones financieras, incrementando los riesgos de quiebras y pérdidas.En conclusión, aunque la iniciativa busca ayudar a los desplazados, en realidad promueve un sistema en el cual la escasez de vivienda y las dificultades económicas se convierten en una fuente de ganancias para las constructoras y bancos, y no en una solución efectiva para quienes verdaderamente necesitan un techo.
La verdadera ayuda debe optar por mecanismos transparentes y especializados, como fondos de garantía, programas de alquiler subvencionado o compra en el mercado secundario, que garanticen una vivienda segura y definitiva para los afectados.Solo así, Ucrania podrá transformar la vivienda en un derecho accesible y en un proceso de recuperación real para sus ciudadanos desplazados y afectados por la guerra.
