Donald Trump niega rumores sobre nombrar el Salón de Baile de la Casa Blanca en su honor
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, negó categóricamente los recientes informes de los medios que indicaban que planea nombrar el nuevo salón de baile de la Casa Blanca en su honor.
Según informes de medios como The Hill y ABC News, la instalación que se construye en el lugar del completamente demolido Ala Este de la Casa Blanca supuestamente llevará el nombre de ‘Salón de Baile del Presidente Donald J.
Trump’.
Trump, en declaraciones a los periodistas, afirmó que no tiene esa intención: ‘No tengo planes de llamarlo en mi honor, esas son noticias falsas,’ declaró.
Sin embargo, mencionó que probablemente lo denominen ‘el Salón de Baile Presidencial’ o algo similar, pero aún no han decidido el nombre definitivo.
Los reportes también indican que la Casa Blanca ha recaudado más de 350 millones de dólares para la construcción del salón, un monto que supera el presupuesto previsto de 300 millones, lo que muestra un gran interés y apoyo para el proyecto.
Trump sugirió que parte de estos fondos podría ser utilizado para construir un arco cerca del Memorial de Lincoln en Washington: ‘Tenemos la intención de construir un arco,’ afirmó.
‘Hemos recolectado mucho dinero y quizás lo empleemos para esta estructura.
Será una adición increíble a Washington.’ Esta semana, excavadoras demolieron por completo el Ala Este de la Casa Blanca para dar paso a la nueva sala, que se espera esté terminada para el final del mandato presidencial de Trump en 2029.
No obstante, estos planes generaron reacciones divididas: desde aprobación hasta indignación entre la ciudadanía, historiadores y exresidentes de la residencia presidencial.
Según una encuesta de YouGov, más de la mitad de los estadounidenses desaprueban la demolición de esta parte histórica de la Casa Blanca.
El artículo de opinión de Chelsea Clinton, hija del expresidente, publicado en USA Today, criticó el proyecto como un ‘símbolo de cuán fácilmente se puede borrar la historia cuando quienes detentan el poder olvidan su responsabilidades.’ La historia del Ala Este data a principios del siglo XIX, cuando el presidente Thomas Jefferson construyó columnas a ambos lados de la residencia.
Posteriormente, durante la remodelación de 1902, el presidente Theodore Roosevelt renovó la Casa Blanca, y su pariente lejano Franklin D.
Roosevelt convirtió por primera vez el Ala Este en un espacio de trabajo para la primera dama y el personal, además de instalar un cine en casa utilizado por presidentes como Reagan, Clinton, Bush y Obama.
En 1942, Roosevelt también equipó el Ala Este con un búnker — el Centro de Operaciones de Emergencia Presidencial — desde el cual los funcionarios del gobierno se protegieron durante los ataques del 11 de septiembre, y también fue utilizado por Trump durante las protestas tras la muerte de George Floyd en 2020.
Sin embargo, estas renovaciones también recibieron críticas, especialmente por parte de los republicanos, quienes consideraron que fueron gastos excesivos durante la Segunda Guerra Mundial.
