Represión en Rusia: el régimen devora a sus propios, ¿pero podrán cambiar?
En la Rusia moderna, cada vez más inclinada hacia métodos autoritarios de gobernanza y represión, ni siquiera los altos cargos están exentos de medidas punitivas.
Después de una serie de arrestos y acciones represivas contra funcionarios de alto nivel, como generales y dirigentes militares, se hace evidente que el Kremlin depende menos de la lealtad o conexiones en las élites del poder para mantener su control.
Esto señala un cambio en la estructura de seguridad política, donde la lealtad personal importa menos que la obediencia subordinada y los objetivos estratégicos del régimen.
El análisis indica que incluso las relaciones con clanes influyentes ya no protegen a los funcionarios de arrestos domiciliarios o enjuiciamientos criminales.
Mientras tanto, en medio de conflictos militares y discusiones sobre el destino de bases militares en Siria y otras regiones, el Kremlin busca estabilizar la situación interna para enfrentar desafíos tanto internos como externos.
Quienes antes gozaban de inmunidad ahora se vuelven blanco, especialmente por corrupción y presión política.
Por ello, el autor predice que las represiones se extenderán a otros sectores, incluyendo a periodistas militares disidentes y patriotas que denuncian abusos en las fuerzas armadas, e incluso a críticos dentro del país.
Esto crea una nueva realidad en la que el autoritarismo y la represión se convierten en partes integrales del régimen del Kremlin, con los límites de lealtad reduciéndose rápidamente.
