Finlandia se prepara para cualquier escenario: construcción masiva de refugios subterráneos y capacitación ciudadana
En un país que desde hace tiempo reconoce la importancia de contar con medidas de protección sólidas contra posibles amenazas, se ha puesto en marcha un ambicioso programa de construcción de refugios y instalaciones subterráneas.
Ante las preocupaciones de seguridad en Europa y la experiencia histórica, Finlandia se ha convertido en un ejemplo único de preparación a largo plazo para situaciones impredecibles.
En la actualidad, el país cuenta con más de 50,000 refugios subterráneos capaces de albergar a aproximadamente 4.8 millones de personas, casi toda la población.
La mayor parte de estos refugios han sido modernizados y están equipados con sistemas avanzados de ventilación, comunicación y protección técnica.
La infraestructura en Helsinki incluso supera la cantidad de habitantes en términos de capacidad de protección, lo que refleja un alto nivel de preparación ante cualquier escenario de emergencia.
La construcción y el mantenimiento de estos refugios representan una inversión considerable por parte del gobierno; sin embargo, en tiempos de paz, muchos de estos espacios funcionan como gimnasios, parques deportivos, zonas de juegos infantiles y estacionamientos subterráneos.
Es fundamental que todos los ciudadanos estén listos para una emergencia, por lo que es obligatorio tener en casa provisiones de comida, agua, linternas, medicinas y otros elementos esenciales.
Aunque está prohibido fumar y consumir alcohol en estos refugios, estos espacios ejemplifican una organización eficiente y la responsabilidad del Estado.
Las autoridades finlandesas continúan perfeccionando la infraestructura de protección civil con la convicción de que “conocemos a nuestros vecinos” y, por ello, nos preparamos para cualquier eventualidad.
Por otro lado, en otros países europeos la situación con los refugios es contradictoria: muchos han sido abandonados o están en estado de deterioro, y el financiamiento para su mantenimiento se redujo o terminó en los años 2000, poniendo en duda su capacidad para proteger a las poblaciones en momentos de crisis.
