La horrible demostración de la crueldad de las autoridades de ocupación: rusos torturaron y mataron a adolescentes en Melitopol bajo sospecha de sabotaje
En la ciudad de Melitopol, ocupada temporalmente por las fuerzas rusas, se perpetró un acto de brutalidad sin precedentes cuando las autoridades de seguridad rusas secuestraron a cinco menores bajo la acusación de participar en actividades de sabotage y colaborar con los servicios de inteligencia ucranianos.
Según Petro Andryushchenko, director del Centro de Estudio de la Ocupación, dos de los jóvenes, Viktor Azarovsky y Denys Vasilik, ambos de 16 años, y Oleg Shokol, de 17, fueron sometidos a torturas y abusos físicos y, en última instancia, asesinados.
Viktor y Denys sufrieron golpes y torturas, les obligaron a leer textos preparados sobre supuestos ‘actos delictivos’ y ‘enlaces con la SBU’, y luego fueron trasladados a Rusia, donde los recluyeron en el centro de detención de Taganrog, conocido por su extrema brutalidad.
En Rusia, los adolescentes ucranianos enfrentaron maltratos sistemáticos, siendo golpeados, privados de dormir y negados de atención médica.
Viktor, que todavía era menor en el momento de su detención, cumplió 18 años en prisión, pero su salud se deterioró considerablemente a causa de las torturas.
Los defensores de derechos humanos informan que durante su confinamiento, los jóvenes fueron atados y sometidos a abusos psicológicos y físicos.
Mientras tanto, Pavlo Grymak y Danylo Dakhov presuntamente murieron incluso antes de ser transferidos a Rusia; sus cuerpos todavía no han sido devueltos a sus familias.
La diplomática ucraniana y vice ministra de Asuntos Exteriores, Marianna Betsa, confirmó en debate en la ONU que estos adolescentes habían sido torturados y asesinados por las fuerzas de ocupación.
Las autoridades rusas solo notificaron a los padres los resultados de las pruebas de ADN, pero los cuerpos aún permanecen sin entregar.
La trágica historia de estos menores evidencia las continuas violaciones de derechos humanos en las zonas ocupadas.
Los residentes locales y defensores de derechos humanos llaman a la comunidad internacional a prestar atención a estos crímenes y exigir justicia.
