Las sanciones afectan a los negocios rusos: cómo las restricciones socavan la economía del Kremlin

A pesar de las declaraciones de la propaganda rusa sobre la estabilidad en el mercado interno, la realidad en la economía de Rusia ha cambiado drásticamente bajo la presión de las sanciones impuestas por Occidente.
Según el Servicio de Inteligencia Exterior de Ucrania, más del 78% de las empresas rusas han experimentado dificultades graves en sus operaciones debido a la presión económica y las restricciones internacionales.
Más de la mitad de ellas reportan problemas significativos que dificultan su funcionamiento normal, y un 19% se ha visto obligado a reorganizar completamente sus actividades o incluso a reducir la jornada laboral de sus empleados.
Además, numerosos empresarios rusos están buscando soluciones alternativas, como reorientar sus cadenas de suministro a través de países considerados «amigos» por Rusia y su régimen.
La inteligencia indica que casi la mitad de las empresas intenta sortear las sanciones mediante el uso de proveedores en países que no las imponen, mientras que el 24% aún busca formas de evitar un colapso total.
Esto evidencia una profunda crisis, en la que muchas compañías reducen su producción o incluso dejan de operar, especialmente en los sectores de la metalurgia, cemento y ferrocarriles.
Los analistas señalan que estas acciones reflejan el creciente aislamiento de Rusia y la falta de soluciones viables que no sean esquemas ilegales o de evasión.
Mientras en los países desarrollados la tendencia del trabajo de cuatro días a la semana simboliza progreso social y una mayor calidad de vida, en Rusia, semejantes prácticas se utilizan únicamente para enmascarar los problemas económicos profundos y la crisis generalizada del país.