Escasez mundial de TNT provocada por la guerra en Ucrania: impacto en la industria y la seguridad

Desde que comenzó la escalada del conflicto en Ucrania en 2022, el mundo ha sufrido una serie de interrupciones significativas no solo en el ámbito geopolítico, sino también en el suministro de recursos críticos y en las cadenas de producción industrial.
Uno de los efectos más preocupantes ha sido la marcada disminución en la disponibilidad de TNT, una sustancia explosiva que ha sido fundamental durante más de un siglo en aplicaciones militares, construcción e industria.
Gracias a sus propiedades explosivas, el TNT ha sido esencial para la fabricación de proyectiles de artillería, bombas aéreas, y también en sectores civiles como la construcción de carreteras, la extracción de minerales y proyectos de infraestructura a gran escala.Históricamente, la producción de TNT aumentó durante ambas guerras mundiales y en el período de recuperación posterior, alcanzando millones de toneladas en todo el mundo.
Sin embargo, debido a los riesgos ambientales y la generación de residuos tóxicos, Estados Unidos cerró su última planta de producción de TNT en la década de 1980.
Desde entonces, ha dependido de proveedores extranjeros, principalmente de China, Rusia, Polonia y Ucrania, que han ofrecido precios competitivos y asumido el manejo de los residuos peligrosos.Los eventos recientes han modificado radicalmente esta cadena de suministro.
Con Rusia y China restringiendo o deteniendo las exportaciones de explosivos tras la invasión de Ucrania en 2022, EE.UU.
enfrenta una grave escasez.
Para solucionar esta problemática, el Congreso estadounidense ha aprobado la construcción de una nueva planta de producción de TNT en Kentucky, con un presupuesto de 435 millones de dólares, prevista para comenzar operaciones en 2028.
Sin embargo, esta planta fabricará exclusivamente para fines militares, dejando vulnerable a la industria civil.La escasez amenaza con retrasar proyectos de construcción, minería y desarrollo de infraestructura en todo el país.
Mientras tanto, militar y la industria buscan alternativas, incluyendo el uso de pentritol tetranitratado (PETN), que ya se produce en varias plantas estadounidenses.
La expansión de la producción interna de TNT y sus sustitutos sigue siendo prioritaria, con posibles envíos desde Japón para necesidades militares y ucranianas.Esta crisis evidencia los riesgos geopolíticos y económicos que implica depender de proveedores internacionales para materiales militares críticos.
A medida que disminuyen las reservas y los precios aumentan, EE.UU.
y sus aliados deberán enfrentar desafíos complejos para mantener la preparación militar y el desarrollo infraestructural, lidiando además con los aspectos ambientales y logísticos de la fabricación explosiva.