Los productos químicos eternos en la sangre materna pueden afectar el desarrollo cerebral de los niños, afirman los científicos
La comunidad científica sigue preocupada por los posibles efectos de los contaminantes ambientales duraderos en la salud de las futuras generaciones.
Investigadores de Finlandia, Canadá y Suecia llevaron a cabo un estudio exhaustivo que reveló datos importantes sobre el impacto de las PFAS—sustancias per y polifluoroalquilo—ampliamente conocidas por sus propiedades repelentes al agua y resistentes al calor.
Conocidas como los ‘químicos eternos’ por su persistencia en el medio ambiente durante siglos, estas sustancias contaminan el suelo, el agua e incluso los cuerpos humanos.
El estudio incluyó a 51 parejas madre-hijo, evaluando los niveles de PFAS en la sangre materna durante el embarazo y analizando el desarrollo cerebral de los niños a los cinco años mediante resonancia magnética.
Los hallazgos mostraron que ciertos tipos de PFAS afectan las estructuras cerebrales, especialmente el cuerpo calloso y el hipotálamo, responsables de regular hormonas y funciones vitales del organismo.
También se observaron cambios en el volumen y la superficie de la materia gris, que procesa señales visuales.
Los científicos advierten que, aunque todavía hay muchas incógnitas sobre cómo estos productos químicos influyen en el desarrollo cerebral, su capacidad para atravesar la placenta y penetrar en el tejido cerebral genera preocupación.
Se necesitan más investigaciones para determinar si estos cambios son perjudiciales, neutrales o incluso beneficiosos.
Desde los años 50, los PFAS se utilizan en la industria, y se encuentran en objetos cotidianos como hilo dental, utensilios antiadherentes y empaques alimentarios.
A pesar de que algunos países han impuesto restricciones, eliminar completamente su uso en el mercado sigue siendo un desafío, manteniendo riesgos permanentes para la salud humana y el medio ambiente.
La exposición prolongada a estas sustancias químicas requiere seguimiento científico continuo para comprender mejor sus efectos a largo plazo.
