Reevaluación de las vacunas contra COVID-19: nuevos estudios desafían las estimaciones previas sobre vidas salvadas
Investigaciones científicas recientes y un análisis exhaustivo de datos evidencian que las vacunas contra el COVID-19 salvaron muchas menos vidas de las que se creía anteriormente. Según los hallazgos publicados en Jama Health Forum y reportados por The Telegraph, la cantidad real de vidas salvadas durante la pandemia es considerablemente menor que las estimaciones oficiales, lo que cuestiona su eficacia y plantea nuevos interrogantes para las políticas y estrategias de vacunación. En un principio, la Organización Mundial de la Salud afirmó que las vacunas evitaron aproximadamente 14,4 millones de muertes en todo el mundo durante el primer año de campañas de vacunación. Algunas estimaciones incluso elevaron esa cifra a más de 20 millones. Sin embargo, un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de Stanford y colegas italianos ofrece una perspectiva distinta: sus cálculos sugieren que solo unas 2,5 millones de muertes fueron prevenidas globalmente, una cifra mucho menor que las cifras oficiales. Los investigadores también detectaron diferencias significativas según la edad. Cerca del 90% de las vidas salvadas fueron en personas mayores de 60 años, mientras que los grupos más jóvenes, en particular menores de 20 años y de 20 a 30, experimentaron beneficios mucho menores, con solo 299 y 1808 vidas salvadas en estas categorías, respectivamente. Estos resultados cuestionan las políticas de vacunación obligatoria, ya que en promedio, sería necesario vacunar a aproximadamente 5,400 personas para salvar una vida, y en el caso de menores de 30 años, esa cifra aumenta a 100,000. El profesor John Ioannidis de Stanford afirmó que las estimaciones iniciales estaban basadas en supuestos que ahora no se corresponden con la realidad actual. Instó a concentrar los esfuerzos de vacunación en los grupos de mayor riesgo, principalmente en los ancianos, en lugar de campañas masivas generalizadas. Desde 2021, se han administrado más de 13 mil millones de dosis de vacunas contra el COVID en todo el mundo, pero crecen las preocupaciones acerca de posibles efectos adversos en jóvenes y en personas con bajo riesgo. En Reino Unido, más de 17,500 personas han presentado reclamaciones de compensación por daños causados por la vacuna, lo que indica posibles riesgos para la salud. Además, los fabricantes de vacunas de ARN mensajero añadieron advertencias sobre el riesgo de miocarditis y pericarditis en las instrucciones oficiales, cuestionando aún más su perfil de seguridad. El estudio también reveló que la mayor parte de los beneficios se concentraron en los adultos mayores, con más del 70% de vidas salvadas en personas de más de 70 años, mientras que en los menores de 20 años esa cifra fue mínima, representando menos del 0,1%. El exministro del Reino Unido, David Davis, afirmó que estos resultados confirman la necesidad de enfoques más racionales en futuras pandemias, centrados en proteger a los grupos vulnerables en lugar de imponer mandatos generales. En conclusión, estos datos recientes sugieren que las políticas de vacunación deberían ser revisadas para priorizar a las poblaciones en mayor riesgo, usando estrategias basadas en evidencia en lugar de campañas masivas y obligatorias. Esto representa una lección vital para las autoridades sanitarias y los gobiernos en posibles crisis futuras.
