Avance revolucionario en trasplantes: por primera vez, un corazón infantil ‘muerto’ ha sido reanimado con éxito en el quirófano
En un logro médico sin precedentes, un equipo de cirujanos de la prestigiosa Universidad de Duke en Estados Unidos realizó una operación que puede cambiar radicalmente los enfoques de los trasplantes de corazón en niños.
Por primera vez en la historia, lograron reanimar con éxito un corazón que había estado inactivo y sin latir durante más de cinco minutos, y lo trasplantaron a un bebé de tres meses.
Tres meses después de la intervención, el pequeño mantenía una función cardíaca normal, sin signos de rechazo, según informa ScienceAlert.
Este avance demuestra que el método de “reanimación en mesa” puede ser altamente efectivo para conservar corazones donados que, por su tiempo sin circulación, anteriormente se consideraban inutilizables.
La reanimación se llevó a cabo con un aparato especialmente diseñado que conecta el corazón donante a un sistema que incluye un oxigenador, una bomba centrífuga y un depósito venoso, permitiendo restaurar la función del órgano fuera del cuerpo.
Los sistemas estándar, utilizados para órganos adultos, no son adecuados para corazones infantiles por su tamaño, por lo que se desarrolló un dispositivo a medida.
En Estados Unidos, actualmente, cerca del 20% de los bebés que necesitan un trasplante de corazón mueren en lista de espera debido a la escasez de órganos.
La mayoría de los corazones donados provienen de donantes declarados muertos por criterios cerebrales, pero solo el 0.5% de estos órganos se obtienen tras muerte circulatoria, lo que genera debates éticos sobre la validez de la definición de muerte y las implicaciones morales de reactivar órganos en cadáveres.
Los investigadores de Duke sostienen que su método no solo aumenta en un 30% la disponibilidad de corazones pediátricos, sino que también reduce los riesgos éticos al garantizar mayor transparencia en el proceso.
Otra técnica alternativa, desarrollada por cirujanos de la Universidad Vanderbilt, consiste en detener rápidamente el corazón y conservarlo mediante una solución fría que impide la perfusión, evitando así los dilemas éticos relacionados con la reactivación.
Las primeras tres operaciones exitosas realizadas con este método muestran un potencial prometedor para ampliar las posibilidades en trasplantes pediátricos.
Por otro lado, un equipo de genetistas en Newcastle, Reino Unido, ha desarrollado un método experimental que evita la transmisión de enfermedades mitocondriales hereditarias de padres a hijos.
La técnica combina ADN de tres personas: madre, padre y donante, permitiendo prevenir trastornos graves que afectan el corazón, el cerebro y los músculos.
Hasta ahora, ocho bebés sanos han nacido mediante esta innovación, y otro está en gestación.
Este avance revolucionario en terapia genética ofrece esperanza a muchas familias que enfrentan el riesgo de transmitir enfermedades devastadoras.
