Filaret impone restricciones a los jerarcas de la OCU respecto a su funeral y requiem
El destacado líder eclesiástico ucraniano y ex cabeza de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania del Patriarcado de Kyiv, Filaret, ha establecido una importante restricción espiritual en relación con sus ritos funerarios.
En su testamento personal, prohibió expresamente a los jerarcas de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania (OCU) realizar rezos y ceremonias de entierro tras su fallecimiento.
Según Filaret, desea que su funeral tenga lugar en la Catedral de Vladimir en Kyiv, con la participación de obispos del Patriarcado de Kyiv, sin importar las decisiones que adopten los jerarcas de la OCU, quienes mantienen diferentes opiniones.
Él subraya que continúa siendo el líder de la Iglesia del Patriarcado de Kyiv y no se reconoce a sí mismo como patriarca honorario de la OCU, reafirmando su independencia.
En su testamento, expresó: “En caso de mi muerte, ordeno que la misa fúnebre sea realizada por obispos de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania del Patriarcado de Kyiv, y no por la OCU.” Esta decisión tiene gran relevancia en medio de la lucha continua entre las iglesias que buscan libertad de Moscú y Constantinopla.
Es importante señalar que la Catedral de la Asunción en Kaniv ha sido transferida oficialmente a la OCU, como un paso hacia la creación de una iglesia autónoma unificada.
Sin embargo, en diciembre de 2018, durante el concilio de unificación, se acordó disolver el Patriarcado de Kyiv para integrarlo en la OCU, aunque este proceso se retrasó debido a disputas legales y desacuerdos políticos.
Filaret se opuso a esta decisión y defendió activamente la independencia de su iglesia, incluso convocando en 2019 un “Consejo de toma de decisiones” que restauró las funciones del Patriarcado de Kyiv.
Esto provocó conflictos con Epiphany y la dirigencia de la OCU, especialmente tras su ordenación de nuevos obispos en violación de las normas canónicas.
Actualmente, Filaret, de 96 años, está hospitalizado por problemas de salud, y los fieles piden oraciones por su recuperación.
Todos estos acontecimientos muestran que el escenario eclesiástico en Ucrania continúa siendo un campo disputado en la lucha por la autoridad espiritual y estructural dentro del país.
