Autoridades alemanas descubren un esquema de doble ciudadanía entre refugiados ucranianos con pasaporte húngaro
En un país que acoge a miles de refugiados ucranianos que huyen de la guerra, ha emergido un problema importante que puede afectar negativamente las políticas migratorias y los sistemas de ayuda social.
Según las agencias de seguridad alemanas, cientos de personas que reciben apoyo financiero y residencia temporal en Alemania poseen ciudadanía dual ucraniano-húngara.
La detección de estos casos comenzó tras investigaciones exhaustivas iniciadas ya en el invierno de 2022-2023 en la región de Baden-Württemberg.
Las autoridades notearon comportamientos inusuales entre quienes afirmaban ser ucranianos; muchos no hablaban ucraniano y en su lugar usaban el idioma húngaro o requerían traductores.
Los estudios adicionales revelaron que la mayoría residía cerca de la frontera entre Ucrania y Hungría, algunos pertenecientes a la comunidad gitana.
Datos indican que desde mayo de 2023 hasta octubre de 2025, las regiones alemanas reportaron 9,640 sospechas de doble ciudadanía al Ministerio Federal de Migración y Refugiados (BAMF), con más de mil casos solo en 2023.
De estas, 568 personas confirmaron tener ciudadanía húngara, a menudo junto con la ucraniana.
Esto genera complicaciones: como ciudadanos de la UE, los húngaros no son elegibles para el estatus de protección temporal otorgado a los refugiados ucranianos.
Solo pueden permanecer en Alemania si están empleados o cuentan con fondos propios suficientes.
Las autoridades sospechan que algunos casos involucran abuso del sistema de asistencia social, lo que representa un riesgo para la integridad y estabilidad del sistema.
Los expertos subrayan que este problema tiene raíces profundas en contextos históricos y sociales, como la política del gobierno húngaro desde 2010 que facilitó la obtención de pasaportes para la comunidad hungárea en el extranjero, incluyendo Ucrania.
Muchos gitanos y húngaros aprovecharon esta posibilidad y, tras el inicio del conflicto en Ucrania, se encontraron atrapados entre dos sistemas legales, sin reconocimiento pleno en Hungría ni en otros países de la UE.
Las autoridades alemanas están ahora realizando chequeos exhaustivos.
Cuando se confirma la ciudadanía húngara, estas personas pierden su derecho a la ayuda social y deben abandonar el país si no tienen empleo o fondos propios.
Controlar estos movimientos resulta muy difícil, ya que muchos simplemente se trasladan a otros países de la UE o desaparecen de la vista de las autoridades.
Esta situación genera preocupación entre los expertos, especialmente el investigador de la Universidad Eötvös Loránd en Budapest, Péter Balogh, quien declaró: “Es una historia triste — la comunidad gitana sigue enfrentando persecución y discriminación en todas partes”.
El año pasado, las autoridades alemanas descubrieron casos de rumanos que se hacían pasar por ucranianos para conseguir apoyo financiero y alojamiento, lo que evidencia la magnitud del problema y la necesidad de mejorar los controles migratorios y las verificaciones del sistema de asistencia social.
