El futuro de los programas sociales en Ucrania en riesgo por dependencia externa en el Presupuesto 2026

En 2026, Ucrania enfrenta un desafío importante: garantizar la estabilidad financiera del sector social en medio de déficits presupuestarios crecientes y una alta dependencia de la ayuda extranjera.
Datos oficiales muestran que los ingresos internos cubren solo algo más de la mitad de los gastos necesarios, mientras que el resto debe obtenerse del exterior.
Esto incluye préstamos y subvenciones por un monto aproximado de 47,5 mil millones de dólares.
Los principales donantes internacionales son la Unión Europea, Estados Unidos, Japón, Canadá, así como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, los cuales desempeñan un papel crucial en el apoyo financiero al país.
El experto en economía Andriy Pavlovskyi advierte que esta dependencia hace que el presupuesto ucraniano sea sumamente vulnerable a riesgos políticos y económicos.
Cambios en las prioridades internacionales o retrasos en los pagos de ayuda podrían desencadenar crisis en los servicios sociales.
Actualmente, casi todos los ingresos internos se destina a gastos de defensa debido a la guerra, dejando los gastos sociales —pensiones, subsidios, ayuda a los pobres— muy dependientes de la ayuda externa.
El ministro de Finanzas, Serhiy Marchenko, advierte que en 2026 la brecha de financiamiento externo podría llegar a unos 16 mil millones de euros.
Si no se cumplen las promesas de ayuda e inversiones, el sector social será el primero en sufrir.
En un escenario de guerra, el presupuesto de Ucrania se vuelve cada vez más frágil, ya que el Estado no puede sostener de manera adecuada tanto la defensa como los programas sociales sin apoyo internacional.
Además, la infraestructura dañada por los combates necesita al menos 100 mil millones de hryvnias para su recuperación, pero en el proyecto de presupuesto no se prevén tales reservas.
Los expertos critican que el gobierno no aprovecha fuentes internas de ingreso, como la economía sumergida, la recaudación aduanera o las operaciones con criptomonedas.
Las ideas para formalizar la economía, implementar una tributación justa de las grandes empresas y reducir gastos innecesarios, como los fondos para maratones televisivos o proyectos de infraestructura costosos, permanecen sin atención.
Pavlovskyi subraya que, para un desarrollo estable post-guerra, Ucrania debe revisar sus prioridades financieras y centrarse en proteger a los grupos vulnerables.
La creciente deuda del país, cuyos pagos aumentarán drásticamente desde 2027, complica aún más la situación, requiriendo una redistribución presupuestaria hacia la defensa, el apoyo social y la recuperación nacional.