La aviación civil en Rusia enfrenta una reducción drástica ante sanciones y problemas de suministros

Para 2026, se prevé que la flota de aviación civil en Rusia se reduzca en más de la mitad, lo que representa un impacto significativo para el sector aéreo del país.
Según informes de inteligencia ucraniana, la aerolínea de carga rusa Volga-Dnepr entregará sus últimos ocho aviones Boeing al mayor transportista aéreo ruso, Aeroflot.
Estos aviones serán desmantelados para obtener piezas de repuesto que permitan mantener y reparar los aviones existentes en el parque aéreo nacional.
La operación contempla la transferencia de seis Boeing 737-800BCF y dos Boeing 747-400 en arrendamiento financiero a las filiales de Aeroflot, Pobeda y Rossiya.
El valor estimado del acuerdo ronda los 130 millones de dólares.
La financiación será proporcionada por el Fondo Nacional de Bienestar de Rusia.
A inicios de 2022, Rusia operaba entre 1,500 y 1,800 aviones civiles de fabricación occidental.
Sin embargo, las sanciones internacionales han limitado el acceso a nuevos aviones y repuestos, lo que forzó a muchas aerolíneas a dejar en tierra aviones y recurrir a canales no oficiales para adquirir componentes, además de desmantelar aviones en buen estado para extraer partes.
Funcionarios y expertos advierten que este contrato marca la primera vez que aviones de carga en Rusia se utilizan exclusivamente para desguace y extracción de piezas, acelerando así la disminución del parque aéreo y elevando los costos en el transporte aéreo.
Para 2026, se estima que la cantidad de aviones en Rusia podría reducirse en más de un 50%.
En paralelo, Boeing ha reducido la producción de su avión 787 Dreamliner debido a la escasez de componentes, particularmente intercambiadores de calor producidos previamente en una planta rusa conjunta con RTX Collins Aerospace.
Tras el inicio de la invasión y las sanciones internacionales, estas operaciones se trasladaron a EE.
UU.
y Reino Unido.
La interrupción en la cadena de suministros ha resultado en un aumento en los aterrizajes de emergencia, con incidentes frecuentes en aviones Sukhoi Superjet 100 que deben regresar abruptamente a los aeropuertos por fallas técnicas, evidenciando un deterioro en la seguridad de la aviación en Rusia.