Corte finlandesa niega jurisdicción en caso por daños a cables submarinos, pero rechaza demanda contra tripulación del petrolero Eagle S

La Corte de Distrito de Finlandia dictaminó que carece de jurisdicción para procesar al capitán y dos oficiales del petrolero Eagle S en relación con los daños causados a infraestructura crítica en el Mar Báltico el año pasado.
El incidente ocurrió cuando la embarcación arrastró su ancla por el fondo marino, dañando el cable de energía Estlink 2 y cuatro líneas de internet, según confirmaron los fiscales.
Este evento fue uno de los primeros intentos por hacer responsables a las personas por dañar infraestructura submarina vital, aunque la complejidad del derecho marítimo internacional y la dificultad de probar la intención criminal complicaron los procedimientos.
Los miembros de la tripulación niegan las acusaciones.
En una declaración judicial se señaló que la ley penal finlandesa no puede aplicarse en este caso, ya que el barco, que navegaba bajo la bandera de las islas Cook, no estaba bajo su jurisdicción.
La decisión puede ser apelada.
Las autoridades argumentaron que el buque, que transportaba petróleo ruso, arrastró inadvertidamente su ancla de 11,000 kg durante 90 km en el fondo del Golfo de Finlandia, causando daños al cable de energía y a varias líneas de comunicación.
Las acusaciones apuntaron a oficiales georgianos e indios y al capitán georgiano por delitos graves y por interferir en telecomunicaciones.
Los cargos se basaron principalmente en negligencia respecto al estado del equipo del ancla, no en una intención deliberada de causar daño.
Los acusados afirmaron que el ancla se soltó debido a una falla técnica en el cabestrante, que debía mantenerla en su lugar.
También rechazaron las demandas por daños y perjuicios por decenas de millones de euros presentadas por los propietarios del cable.
La fiscalía solicitó una pena mínima de dos años y medio de prisión para cada uno.
Al final del juicio en septiembre, la corte levantó la prohibición de salida del país para los acusados, quienes desde entonces abandonaron Finlandia.
No se presentaron cargos contra el propietario del buque, que fue liberado en marzo.
Finlandia sostiene que Eagle S forma parte de una flota encubierta utilizada por Rusia para evitar las sanciones internacionales sobre exportación de petróleo.
El incidente forma parte de una serie de ataques en el Mar Báltico desde la invasión de Ucrania por Rusia en febrero de 2022, que ha llevado a NATO a reforzar las medidas de seguridad en la región.
Rusia niega su implicación en estos daños.