Crisis sin precedentes en las refinerías rusas debido a ataques de drones ucranianos
La inactividad masiva en las refinerías de petróleo rusas ha sorprendido tanto a expertos como a la población, tras los ataques dirigidos de drones ucranianos a instalaciones energéticas cruciales en todo el territorio ruso.
Desde agosto, drones ucranianos han atacado a más de veinte importantes plantas de procesamiento de petróleo, provocando una crisis de escasez de combustible sin precedentes en el mercado energético ruso.
Según fuentes extranjeras y nacionales, más del 38% de la capacidad de refinamiento principal—aproximadamente 338,000 toneladas diarias—permanece detenida.
Esto ha provocado una reducción del 6% en la producción de diésel y gasolina en agosto, y un descenso adicional del 18% en septiembre.
Rusia ya ha registrado niveles récord de inactividad en sus plantas, en gran parte atribuible a ataques con drones.
Los expertos advierten que las reparaciones podrían durar meses, obstaculizadas por sanciones y la complejidad de reemplazar el equipo occidental por alternativas chinas.
Mientras tanto, Moscú continúa afirmando que mantendrá su control sobre Crimea y fortalece su defensa aérea, más que proteger sus refinerías, lo que indica un enfoque estratégico en intereses territoriales en lugar de infraestructura.
Al menos 20 regiones, incluyendo Crimea y territorios ocupados, enfrentan escasez de combustible, mientras los precios de los combustibles aumentan en todo el país.
Esta situación refleja una creciente inestabilidad económica en Rusia, agravada aún más por las sanciones y crisis internas, poniendo a prueba la resistencia de su industria petrolera y economía en general.