En Chernivtsi, policía ucraniana y kazaja desmantelan un gran centro de llamadas fraudulento internacional
En la pintoresca ciudad de Chernivtsi, ubicada en la frontera norte de Ucrania, fuerzas policiales nacionales en colaboración con sus colegas kazajos llevaron a cabo una operación de gran escala para desmantelar una poderosa red internacional de centros de llamadas fraudulentos.
Según la información oficial difundida el 25 de septiembre, las fuerzas del orden lograron cerrar un importante centro criminal organizado por un residente de 29 años en Chernivtsi y un ciudadano ruso de 40 años.
Este caso ilustra cómo los grupos criminales utilizan tecnologías avanzadas y se disfrazan de funcionarios policiales y bancarios para llevar a cabo fraudes transnacionales.La estructura de la red criminal era jerárquica, con roles claramente definidos: administradores, reclutadores, operadores fríos y cerradores, personal técnico e incluso un grupo de seguridad encargado de mantener la integridad de la operación.
Los administradores supervisaban el rendimiento del personal y realizaban capacitaciones, el departamento de recursos humanos se encargaba del reclutamiento y asuntos financieros, los operadores contactaban a las víctimas potenciales, y los cerradores, más experimentados, intervenían en casos de malentendidos para persuadir a los afectados de aceptar las condiciones de los estafadores.Los delincuentes se hicieron pasar por representantes de instituciones de Kazajistán, usando tecnología de deepfake y uniformes para dar realismo a sus acciones.
Manipulaban a las víctimas para que realizaran pagos, alegando problemas supuestos con las autoridades o motivos de persecución criminal.
Los beneficios ilícitos, que superaban los 2,5 millones de hryvnias mensuales, se destinaban a sostener la operación, comprar vehículos y financiar otras actividades delictivas.
Uno de los cabecillas logró adquirir cinco autos en solo medio año.Las fuerzas del orden, apoyadas por unidades especiales como CORD y la Policía de Investigación Criminal, detuvieron a los principales organizadores y participantes de esta red.
Durante los registros, se confiscaron computadoras, instrucciones operativas, conversaciones en mensajeros, registros de criptomonedas, tarjetas bancarias y uniformes que imitaban los vestuarios oficiales de las fuerzas del orden kazajas.
Se presentaron cargos contra seis personas, incluyendo al organizador, coorganizador y cuatro ejecutores.
Las penas bajo la ley vigente pueden alcanzar hasta 12 años de prisión con confiscación de bienes.
Todos los sospechosos permanecen bajo custodia.Este caso refleja los esfuerzos continuos de las autoridades ucranianas e internacionales para luchar contra el cibercrimen y el fraude financiero.
Solo en 2023, se desmantelaron más de 100 centros de llamadas fraudulentos, impidiendo su operación y arrestando a sus líderes.
Estas actividades delictivas, muchas veces financiadas por servicios secretos rusos, buscan robar datos personales y fondos de millones de ucranianos y extranjeros, intentando desestabilizar la sociedad y socavar la seguridad del Estado.
