Las agencias de inteligencia del Reino Unido advierten a los parlamentarios sobre el aumento del espionaje extranjero y proponen nuevas medidas de seguridad

En el Reino Unido, por primera vez, los servicios de inteligencia harán públicas recomendaciones dirigidas a los miembros del Parlamento para proteger la seguridad nacional frente a las amenazas provenientes de agencias extranjeras y la influencia externa.
Esta iniciativa crucial, liderada por MI5, busca incrementar la conciencia entre los políticos y los responsables de seguridad acerca de cómo salvaguardar la información sensible y la integridad personal en medio del creciente riesgo de espionaje.
Se anticipa que en las próximas semanas, se entregarán a los parlamentarios consejos detallados sobre cómo evitar contactos no deseados, mantener la confidencialidad en viajes internacionales y manejar de forma segura los dispositivos electrónicos y las redes sociales.
Se hará especial énfasis en la importancia de no dejar sin vigilancia los teléfonos móviles y ordenadores portátiles en habitaciones de hotel o espacios públicos, para evitar ser víctimas del ciberespionaje.
Además, una sección específica de las recomendaciones tratará aspectos relacionados con la selección del personal, resaltando la necesidad de detectar posibles vulnerabilidades ante influencias extranjeras y de aplicar medidas de protección adecuadas.
A los políticos también se les sugerirá conectarse a los servicios del Centro Nacional de Ciberseguridad (NCSC), que les proporcionará alertas en tiempo real sobre actividades maliciosas en sus dispositivos digitales.
Estas acciones forman parte de la estrategia para defender los intereses nacionales y responden a las crecientes tensiones geopolíticas, particularmente con China y Rusia.
Los recientes arrestos de sospechosos de espionaje a favor de estos países han evidenciado la gravedad de la situación, donde las agencias extranjeras buscan desestabilizar instituciones y sembrar el caos.
En definitiva, estas nuevas recomendaciones buscan fortalecer tanto las prácticas individuales de seguridad como los sistemas de protección institucional ante las amenazas externas, en un contexto de mayor vigilancia y preparación.