El Taliban rechaza firmemente las reclamaciones de EE. UU. sobre la base aérea de Bagram: sin espacio para compromisos sobre soberanía
Tras las contundentes declaraciones del presidente de Estados Unidos, que amenazaron con sanciones y exigieron la devolución de la base aérea de Bagram—una vez un punto estratégico crucial en las operaciones militares estadounidenses en Afganistán—la dirección del movimiento Taliban respondió con firmeza.
Fasikhuddin Fitrat, jefe del Estado Mayor del Ministerio de Defensa del Taliban, afirmó que las negociaciones o intentos de recuperar o transferir el control de esa base son imposibles, incluso por “un centímetro”.
Para los talibanes, la independencia y la soberanía del país son prioridades absolutas que no están sujetas a negociación.Mientras el gobierno de EE.
UU.
expresa sus preocupaciones por posibles abusos en Afganistán tras su retirada militar en 2021, los funcionarios del Taliban mantienen una postura dura, subrayando que la integridad territorial y la independencia política del país deben ser respetadas sin importar presiones externas.
En declaraciones hechas en medios locales, los representantes enfatizaron que estos principios fundamentales deben mantenerse, independientemente de las amenazas o presiones exteriores.Antes que las amenazas estadounidenses de medidas drásticas, analistas regionales señalan que la lucha por Bagram refleja tensiones más profundas relacionadas con el control y la influencia en la región.
Aunque los políticos estadounidenses amenazan con sanciones sin definir, la dirigencia del Taliban demuestra estar dispuesta a defender su soberanía, a pesar de las presiones externas.
Esta situación revela la complejidad y la tensión que envuelven el futuro soberano de Afganistán y el destino de la base de Bagram.