El fin de la era de la longevidad: científicos explican por qué vivir hasta los 100 años dejará de ser la norma

Chas Pravdy - 31 agosto 2025 13:40

Las investigaciones recientes en demografía y ciencias médicas revelan que la búsqueda de una longevidad ilimitada, que alguna vez fue considerada una meta ambiciosa, está cada vez más lejos de alcanzarse.

Los científicos han descubierto que la velocidad a la que aumenta la esperanza de vida promedio se ha desacelerado considerablemente en comparación con la primera mitad del siglo XX.

Concluyen que las personas nacidas después de 1939 probablemente no alcancen los 100 años de edad.

Esto implica que los años largos, que anteriormente parecían inalcanzables, probablemente permanezcan en la historia, y en un futuro cercano, no serán la norma.

El estudio, publicado en la prestigiosa revista Proceedings of the National Academy of Sciences, fue realizado por expertos como el profesor Hector Pifferre-i-Arolas de la Universidad de Wisconsin-Madison, junto con los investigadores Jose Andrade y Carlo Giovanni Camarda del Instituto Max Planck de Investigaciones Demográficas.

Ellos analizaron datos de mortalidad en 23 países con altos ingresos y baja mortalidad, aplicando seis métodos diferentes de predicción de mortalidad.

Sus resultados muestran que el incremento más significativo en la esperanza de vida ocurrió a principios del siglo XX, y que las tasas actuales no alcanzan el ritmo de crecimiento de décadas pasadas.

Incluso con los avances en tecnología y atención médica, los expertos advierten que la esperanza de vida no aumentará tan rápidamente como en el pasado.

Esto desafía la idea de una longevidad sin límites, y sugiere que las previsiones más optimistas podrían necesitar revisión.

Desde 1900 hasta 1938, la esperanza de vida creció aproximadamente 5.5 meses por generación.

Por ejemplo, una persona nacida en 1900 en un país desarrollado podía esperar vivir unos 62 años, y para 1938, esta cifra había aumentado a 80 años.

Sin embargo, para las generaciones nacidas entre 1939 y 2000, el ritmo de aumento se redujo a unos 2.5 a 3.5 meses por generación.

“Preveemos que las personas nacidas en 1980 no, en promedio, llegarán a los 100 años, y ninguna generación en nuestro estudio llegará a esa edad”, afirmó Andrade.

La desaceleración se debe a que las tasas de mortalidad, ya muy bajas, dejan menos margen para mejorar significativamente.

Aunque los avances médicos continúan, la predicción está sujeta a incertidumbres debido a factores impredecibles, como pandemias, innovaciones médicas o cambios sociales.

Estos datos son esenciales para que los gobiernos planifiquen servicios de salud, programas de pensiones y políticas sociales.

Para las personas, comprender estas tendencias afecta decisiones financieras, de jubilación y de ahorro a largo plazo.

La investigación sugiere que la era de una longevidad infinita puede estar terminando, y nos invita a reconsiderar cómo nos preparamos para una población envejecida y qué implicaciones tiene esto para las generaciones futuras.

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