Cumbre de la OCS en China: Nuevos Líderes, Maniobras Geopolíticas y las Ambiciones en Expansión de Pekín

La ciudad portuaria de Tianjin en China ha sido sede de uno de los eventos diplomáticos más importantes del año: una cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) que se lleva a cabo durante dos días y que ha reunido a destacados líderes mundiales.
Antes del inicio, ya llegaron presidentes y primeros ministros de varias naciones clave, entre ellos Vladimir Putin, quien realiza su primera visita oficial a China en siete años con el propósito de discutir cuestiones regionales y globales.
El Primer Ministro indio, Narendra Modi, también participó en la cumbre, manteniendo conversaciones bilaterales con el presidente Xi Jinping, con la intención de fortalecer la alianza estratégica en un contexto de tensiones internacionales.
Se espera que en el orden del día esté el debate sobre el futuro de la oorganización, el cambio en el equilibrio global de poder y la visión de China para un sistema alternativo de gobernanza mundial.La política internacional atraviesa cambios sorprendentes — durante la cumbre, los líderes discutirán los resultados de los recientes encuentros con el presidente estadounidense Donald Trump y abordarán la situación de la guerra de Rusia en Ucrania.
Una parte importante del evento será intentar coordinar posiciones respecto al conflicto, con la esperanza de que en la reunión se escuchen llamados para un cese al fuego, en especial por parte del presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky.
Otros actores regionales de gran influencia, como Irán y Pakistán, también participan, buscando fortalecer su presencia en el escenario global.China utiliza esta plataforma para impulsar sus objetivos estratégicos, incluido el establecimiento de una nueva estrategia de desarrollo para la OCS en la próxima década y la presentación de su visión para la gobernanza global, que podría competir con la hegemonía de Estados Unidos y Europa.
Desde su creación en 2001, la organización ha ampliado su membresía, incluyendo países que no siempre comparten su enfoque inicial — la India y Pakistán, en medio de conflictos regionales, complican la unidad del grupo.
Además, los líderes presentes asistirán a un gran desfile militar en Pekín, un símbolo del creciente poder de China en la política mundial.Para Pekín, esta cumbre no solo es un evento diplomático más, sino una señal de su creciente influencia global y su intención de desafiar las estructuras dominantes actuales.
Los expertos señalan que las tensiones en la arena internacional y las diferencias internas entre miembros podrían dificultar la construcción de una postura unificada, pero la intención de fortalecer vínculos con el Sur Global es evidente.
Mientras tanto, las relaciones entre India y EE.
UU.
se han deteriorado por políticas comerciales y sanciones, por lo que Nueva Delhi busca acercarse a Pekín como contrapeso.En definitiva, la cumbre de la OCS sigue siendo una plataforma clave para mostrar las ambiciones de Pekín y configurar una nueva arquitectura internacional que poco a poco vaya reduciendo la influencia occidental.
Sus resultados podrían tener un impacto de largo alcance en la política global.