La Iglesia Ortodoxa Rusa amplía su presencia en África: estrategia para influencia política e ideológica

En los últimos años, la Iglesia Ortodoxa Rusa (IOR) ha intensificado significativamente sus actividades en el continente africano, con el objetivo de expandir su influencia y promover los intereses políticos e ideológicos de Moscú en la región.
Según el Centro para Contrarrestar la Desinformación, en los últimos tres años se han establecido parroquias de la IOR en más de 30 países africanos, lo que genera preocupaciones sobre las verdaderas intenciones de esta expansión religiosa.
El 29 de agosto, el centro publicó informes oficiales en su canal de Telegram detallando estas acciones.La dirección de la Iglesia afirma que su labor en África se basa en un apoyo espiritual y en la unión de los pueblos a través de la fe.
Sin embargo, los analistas advierten que los verdaderos objetivos son otros.
Durante una reunión con representantes del Exarcado Patriarcal en África, los líderes religiosos hablaron del “gran potencial” del ortodoxismo en el continente, pero en realidad buscan ampliar el alcance geopolítico de Moscú.
Actualmente, la exarcado de la IOR opera en 36 países africanos y cuenta con más de 270 miembros del clero y más de 300 parroquias.Las declaraciones oficiales presentan las actividades de la Iglesia como una ayuda espiritual y un medio de promover la unidad entre los pueblos africanos.
Sin embargo, los expertos señalan que esta narrativa es solo una fachada: en realidad, estas acciones sirven como instrumentos de influencia del Kremlin, posicionando a Rusia como “amiga de África”, mientras que los verdaderos intereses incluyen el acceso a recursos naturales y la expansión militar.
La presencia de la IOR en África se asemeja más a una estrategia de dominación geopolítica que a una misión religiosa.El objetivo central es fortalecer la posición de Rusia en el continente y aumentar el respaldo internacional a los intereses de Moscú.
Según el Centro para Contrarrestar la Desinformación, esta expansión ayuda a proyectar poder global a través del uso de redes culturales y religiosas como herramientas para alcanzar objetivos geopolíticos más amplios.Surgirán preguntas sobre las reales motivaciones de Rusia y el impacto en la estabilidad regional.
Se informa también que el Kremlin ha designado nuevos supervisores para gestionar las actividades de la Iglesia en África y en otros lugares, incluyendo Ucrania, en línea con una estrategia general para fortalecer la influencia de Moscú en todo el mundo y apoyar sus objetivos en diversos escenarios políticos, especialmente en el contexto del conflicto en Ucrania.